Rodrigo Pérez-Alonso

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Rodrigo Pérez-Alonso

1 Abr, 2020

Camina como pato...

No hay que llegar a los tribunales, es un

 exhorto… tiene que hacerse por huma-

nismo, por fraternidad, solidaridad.

Andrés Manuel López Obrador

 

Han sido las semanas más difíciles para las principales economías del mundo desde la Gran Recesión de 2008.

La crisis sanitaria que vivimos rompió el paradigma de crecimiento económico que se tenía para este año en países y regiones como Estados Unidos, la Unión Europea y Asia. Nuestro país era un caso de excepción a este optimismo dada las malas y erráticas decisiones del gobierno en el último año y medio. El año pintaba como uno más de normalidad para la humanidad, con algunos bemoles naturales.

Repentinamente, por factores como la batalla energética entre Arabia Saudita y Rusia y luego por la pandemia del COVID-19, se juntó la tormenta perfecta para México y para todo el mundo.

La diferencia es que a nuestro país Dios se lo está llevando sin confesar y el sacerdote que guarda los santos óleos no los sabe ni quiere usar.

El gran problema de fondo del Presidente es que se pretende descubrir el hilo negro con la “transformación” y la “autoridad moral”, la pontificación diaria y el capricho personal, no en el marco jurídico, las bases institucionales ni la acción del Estado fundada y motivada.

El más reciente ejemplo es la gran confusión que causó la declaración de emergencia sanitaria el martes en la noche por sus funcionarios.

Fuera de que las formas del anuncio fueron extremadamente inusuales (el canciller dando el anuncio), el decreto en sí contiene nomenclaturas inexistentes en la Ley Federal del Trabajo y la Ley General de Salud.

El decreto se limitó a declarar una “emergencia sanitaria por causas de fuerza mayor”, sin seguir las formas de las leyes y dejando en el limbo las medidas adicionales con base en ellas.

En el mundo jurídico, en los detalles está el diablo. Todo indica que, salvo que se publique un acuerdo después del cierre de esta columna, las autoridades omitieron señalar si los efectos de esta declaratoria eran o no la suspensión temporal de las relaciones de trabajo, de conformidad con la ley.

La gran diferencia de ello está en que, al declararse esta emergencia sanitaria, la ley estipula que los patrones podrán, sin autorización de los tribunales, pagar el salario mínimo diario por un mes en lugar de los salarios regulares.

Sin embargo, las autoridades utilizaron un lenguaje ambiguo para no caer en este supuesto, evitando así el costo político de suspender labores.

El tema está en que, ante el freno de la actividad económica, las empresas no podrán cubrir los salarios normales sin tener que recurrir a los despidos u otras medidas drásticas.

Siempre es mejor preservar los empleos aunque sea con un salario mínimo temporal.

Al final, es un caso en el que, independientemente de cómo lo quiera pintar el gobierno, el decreto camina como pato, grazna como pato y por lo tanto es.

 

INTERJET REGRESA AVIONES...

En la industria se menciona la situación de Interjet. De 64 aviones, 22 están en tierra (los Sukhoi) y se está retomando la posesión de varios otros aviones por sus arrendadores. La idea es quedarse con 18 a 22 aviones y están cerrando oficinas de ventas. Entre los arrendadores están ICBC Leasing, ACG y Aircastle.

 

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