Elegir a la clase media

Decía Aristóteles, el filósofo griego clásico, que la más perfecta comunidad política es aquella en la que la clase media tiene el control y es más grande que las otras dos clases sociales. La clase media es casi siempre el origen de grandes pensadores, revolucionarios y líderes. Es hacia donde aspira por una sociedad más igualitaria. Sin embargo, para este gobierno y el Presidente, no es así.

¿Qué es la clase media? No hay una aceptación universal de lo que significa. En el mundo capitalista moderno, se relaciona con poder adquisitivo, nivel educativo y hasta gasto familiar. La propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), organismo internacional en donde México es miembro, dice que “la presencia de una clase media fuerte y próspera respalda economías y sociedades saludables. A través de sus acciones y actividades, mejoran no solo su propia posición, sino también la de los demás.”

La OCDE también dice que la clase media son los hogares que ganan entre 75 y  200 por ciento del ingreso nacional medio y esta proporción de hogares en México cayó de 64 al 61 por ciento entre mediados de la década de 1980 y mediados de la de 2010. En otras palabras, la clase media se ha reducido y sigue bajo presión. Por ejemplo, gran parte de la clase media sostiene a las finanzas públicas a través de sus impuestos y sigue siendo presionada por impuestos, la falta de apoyos del gobierno y otros.

Durante sus conferencias diarias, el Presidente se ha dedicado a descalificarlos, señalándolos como “aspiracionistas”, fifís y otros calificativos. El tema central es que la política de gobierno ha seguido el modelo Castro-chavista de denunciar y aniquilar cualquier política que favorezca la creación y mantenimiento de las clases medias en México. Así lo ha demostrado, incluso en su estrategia político-electoral: descalifican a todo aquel que no pertenezca a las clases populares.

El problema es que golpear a esta clase social sólo demuestra el desprecio por la superación personal y familiar que cualquiera quiere para sí y los suyos. Nace de la visión de que el Estado es el gran papá de niños inmaduros y sin capacidad de sostenerse por sí mismos. Esto viene a debate porque la clase media fue importante en las elecciones de 2021, en la composición de la Cámara de Diputados y el balance político en la Ciudad de México. Además, jugará un papel importante en los procesos electorales de este año y en 2024.

En 2021, en la Ciudad de México, el promedio de participación en las elecciones por este grupo social rondó en alrededor de 70 por ciento, mientras que las clases populares fue de 40 por ciento. Se habla, incluso que, Morena está preocupado por el futuro de este partido en la CDMX y ya lo descartan como una pérdida en 2024. Claudia Sheinbaum ha perdido muchos puntos en las encuestas internas de Morena en su campaña a la candidatura presidencial, en gran parte porque ha sido empañada por sus errores de gobierno y el desprecio a las clases medias.

Esto significa que, aunque el gobierno quiera negar su presencia, la clase media sigue siendo un factor de poder importante. Esta clase social es la que definirá elecciones, como la de la Ciudad de México en  2021, y tendrá gran influencia en el 2024.