Los engañados

La carrera política del presidente López Obrador ha consistido de engaños y traiciones. Los que hoy son aliados o amigos son relegados en el futuro. Así ha sucedido con políticos, empresarios y hasta académicos afines. El personaje inicia con un discurso que luego es contradicho por los otros datos. El ego y las ideas preconcebidas están por encima de cualquier otra consideración. Para lograr sus objetivos es capaz de decir cualquier cosa, aunque luego se haga otra.

Así sucedió en los distintos procesos electorales en los que participó. En el más reciente, el de 2018, engañó a empresarios como Alfonso Romo, usó a políticos y/o académicos, nominalmente de izquierda, como Irma Eréndira Sandoval, John Ackerman o Gerardo Esquivel, de instituciones privadas como la Universidad Iberoamericana o públicas como la UNAM, el Colegio de México y el CIDE. En todos los casos, los aplaudidores y defensores más férreos fueron finalmente traicionados y desechados.

La naturaleza psicológica del engaño surge de la idea de que el personaje es un redentor y defensor de la soberanía nacional, del pueblo bueno, de la patria grande. Sólo él conoce sus deseos más profundos; éstos cambian conforme a su capricho, aunque las contradicciones sean evidentes. ¿Por qué es importante señalar el engaño en este momento? Porque en esta semana el Presidente recibió al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau y al presidente de Estados Unidos, Joe Biden para la Cumbre de Líderes de América del Norte.

Al igual que lo hizo con aliados domésticos, los principales socios de la región comercial más importante del mundo son engañados con promesas abandonadas en los viejos dogmas y caprichos personalísimos de López Obrador. Mientras que un día resalta el Tratado de Libre Comercio como fundamental para nuestras naciones, durante la visita de Biden y Trudeau, habla de la sustitución de importaciones, una política comercial de los años sesenta y setenta.

Mientras que en reuniones con John Kerry antes de la cumbre –enviado especial para el cambio climático de Biden– se mostraba preocupado por la contaminación y el medio ambiente, su gobierno fomenta la quema indiscriminada de combustibles y la devastación de selvas. Cuando por una parte resalta la importancia de la soberanía nacional, en el discurso ante Biden critica la falta de apoyo económico de EUA a México y América Latina.

En energía dice algo con nuestros socios, pero practica otra cosa. Habla de la apertura a las inversiones de nuestros socios comerciales, pero cierra las posibilidades a esa misma inversión con viejas ideas de la soberanía nacional y favoritismos injustificados a prácticas de empresas estatales como Pemex y CFE.

Las contradicciones y engaños también se extienden a temas de seguridad y migración. Dice que su gobierno no es igual, mientras que militariza la seguridad pública. En temas migratorios, un día señala a Donald Trump, mientras que al día siguiente le da la mano y cumple todos sus deseos antimexicanos y xenófobos.

La gran lección es que el personaje que es capaz de traicionar a sus aliados políticos es capaz de cualquier cosa.

Esta Cumbre de Líderes de América del Norte no será la excepción.