Victorias pírricas

A veces, en la victoria se pierde. Con el discurso proteccionista de un presidente populista, las masas que votaron por él y lo apoyan casi incondicionalmente y el aplauso fácil es el fin en sí mismo. Se sobresimplifican problemas nacionales con soluciones de unas cuantas frases. Pierden en el mediano y largo plazos aquellos que lo apoyan.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha incrementado en las últimas semanas su retórica y medidas proteccionistas en contra de China buscando ese aplauso. Los aranceles impuestos a productos provenientes del país asiático están desatando lo que, a todas luces, se está convirtiendo en una guerra comercial. Para ejemplo, el fin de semana, Trump levantó polémica, una vez más, al lanzar un mensaje en Twitter amenazando con que las empresas estadunidenses saldrían de China si esta guerra autogenerada escala.

El problema es que está surtiendo efectos negativos no sólo para la economía mundial, sino también para la base de apoyo de Trump, los republicanos en estados como Texas. Los agricultores estadunidenses, productores de soya y otros granos, se han convertido en las víctimas colaterales de una guerra comercial que Trump comenzó con el fin de ayudar a los fabricantes y otras compañías que, según él, se han visto perjudicadas por las prácticas comerciales “injustas” de China. Más de un año después de la disputa comercial, las ventas de soya, cerdo, trigo y otros productos agrícolas estadunidenses a China se han reducido a medida que Pekín toma represalias recíprocas contra los aranceles de Trump sobre las importaciones chinas.

De acuerdo con un artículo publicado ayer en The New York Times, la quiebra de empresas agrícolas aumentó un 13% desde el 2018, y las tasas de morosidad de préstamos están en aumento, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Pero esto tiene un alcance coyuntural mucho mayor: a pesar de que la Casa Blanca le ha proporcionado a los agricultores miles de millones de dólares en programas de apoyo, éstos han hecho hincapié en que quieren vender, no recibir ayuda, lo cual convierte la situación de los agricultores en un problema ya político para Trump, a medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2020.

Varios expertos consultados por esa publicación concluyen que el presidente Trump tal vez sí tenga la autoridad para cumplir las amenazas contra las empresas que sigan haciendo negocios con China, pero obligarlos a que abandonen ese país es una orden extrema que roza la ilegalidad.

Esto le permitiría a Donald Trump bloquear importaciones o exportaciones de mercancías, congelar bienes chinos y excluir a las instituciones financieras chinas del sistema financiero estadunidense.

Sin embargo, en el fondo, en aras de ganar a toda costa, se está llevando entre las patas del caballo a la base votante que le dio un triunfo en las pasadas elecciones presidenciales. Una victoria pírrica, pues.

ES EL GAS...

Sin duda, importante anuncio el de ayer con respecto a la solución del conflicto de los ductos construidos por la iniciativa privada para transportar gas a la CFE. El gas natural es ahora más barato que nunca dada la sobreoferta en el mercado mundial.