Rodrigo Pérez-Alonso

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Rodrigo Pérez-Alonso

7 Jul, 2021

¿Y el narcisista?

Los hechos no dejan de existir

porque se los ignore.

Aldous Huxley

 

Jorge Baglieri es un microempresario. En 2016 perdió lo poco que sobrevivía ante la crisis económica. La resiliencia y su familia lo empujaron a continuar. Sin embargo, el régimen lo acabó por completo. Desde sus inicios hasta ahora había vivido la inseguridad, el desempleo y el desamparo. Lo poco que le quedaba fue destruido por la pandemia. Ahora no le queda nada.

El Estado, compuesto por una sola persona, lo dejó solo. El Estado acaparó todos los reflectores y tomó malas decisiones. La deuda soberana, más de ciento sesenta y cinco mil millones de dólares. Cada mes, cada día, cada hora, la situación empeoró. Por todos los frentes, el gobierno se vio rebasado por las realidades de una combinación tóxica de corrupción, incapacidad y demagogia. Las empresas quebraron a diestra y siniestra.

Me refiero, por supuesto, a Venezuela. Con una economía en el absoluto colapso, el gobierno de los chavistas y su comandante eterno, Hugo Chávez, gobernando como un pajarito que le habla al oído al presidente Nicolás Maduro, alcanzaron un mal resultado. El monstruo bolivariano es resistente.

En 1998, el golpista militar Hugo Chávez arrasó en las contiendas presidenciales bajo la promesa de reconfigurar el mapa político, eliminar el sistema bipartidista y hasta elitista que imperaba hasta entonces. Emulando a su héroe Fidel Castro, el lobo se vistió de oveja e inició una triste historia de abusos en todos los frentes.

Después de más de dos décadas de narrativas revolucionarias (aunque no hubo ninguna revolución), programas económicos basados en el socialismo soviético, expropiatorio y destructivo de la propiedad e iniciativa privada, han hecho del país una polarización política basada en el odio de clases, la economía y sistema político en la ruina. El resultado: 75% de caída en el PIB desde 2013. El leviatán chavista-cubano no quiere morir.

Hay varios temas que lo hacen mantenerse: el sistema de inteligencia cubano y los chavistas construyeron un sistema de complicidades que hace imposible desaparecerlo, no obstante que caiga Nicolás Maduro. Los militares, boligarcas (empresarios enriquecidos al amparo del chavismo), la clase política oficialista y hasta algunos gobiernos —como el cubano— mantienen un sistema de prebendas que crea una confabulación criminal. Ahí están las evidencias de no sólo cómo colapsaron la economía, sino que también se inmiscuyeron en el narcotráfico.

*

El Estado está quebrado, a tal punto que los chavistas han tenido que hipotecar el futuro del país a los chinos, rusos y hasta a Wall Street. Venezuela ha incumplido con sus obligaciones financieras. El resultado está a la vista. La negación no ha funcionado.

Así el riesgo en México con un Presidente que hipoteca nuestro futuro. Niega la realidad. Refuta a los enfermos y olvidados. Cree en su propia realidad.

¿El resultado? Una economía devastada. La negación al problema ahí. La ideología se impuso. El narcisista se mantuvo. Jorge Baglieri lo perdió todo.

 

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