Metrotexato, desabasto inducido

La salud es un factor de estabilidad social y desarrollo y, el surgimiento de “brotes” de desabasto de medicamentos especializados, como el Metrotexato (químico que permite contener la reproducción de células cancerosas), en el Hospital Infantil, o la efedrina según acusan hoy los anestesiólogos, o la insuficiencia de vacunas para la rubiola y el sarampión, parece que tiene un fondo grave: desabasto inducido y descoordinación intencional de médicos responsables en las unidades de salud.

Cofepris que preside José Novelo, no está obligada a preveer el abasto de un fármaco en el país pues su función es otra; empero, parece increíble que no haya informado a Salud de Jorge Alcocer, el efecto que tendría el cierre de una línea de producción de Pisa de Carlos Álvarez en la Ciudad de México, sino hasta que se bloquearon los accesos del AICM los familiares de niños en control por cáncer del 20 de noviembre en el ISSSTE y del Hospital Infantil.

Piensa mal y acierta. Pareciera que los escándalos por desabasto se están dosificando y, están dirigidos a pediátricos, oncológicos, enfermedades virales de alta atención pública y vacunas, a pesar de que la responsabilidad no es de quien compra, sino de quien parece que quiere recuperar el control de la compra y tiene la obligación de realizar el inventario oportuno y de calidad de los medicamentos e insumos para la salud. Vea el caso. En mayo se cerraron las instalaciones de Laboratorios Pisa (hoy todavía no reabre la línea); sin embargo, se revela el lunes de esta semana que el laboratorio tiene en inventario 20 mil cajas. ¿Por qué no las entregó?

Además, ¿por qué solo hay un proveedor para un fármaco crítico para atender la salud de los enfermos de cáncer en el IMSS, ISSSTE, Pemex, Marina (debiera haber dos o tres, y eso probablemente sea muy bueno para la consolidada y subrogada de 2020), y por qué PISA, patrimonialmente relacionada con Dimesa, no informó en mayo que esa línea de producción fue cerrada (debió notificarlo también la Cofepris a la Secretaría de Salud considerando el efecto de desabasto), para que los 5 fabricantes del medicamento con registro vigente hasta el 2020  y capacidad de entrega de 35 millones de cajas (supongo que estarán Pfizer, Sandoz de Novartis, Medac GmbH porque producen el fármaco globalmente) pudieran sustituir la compra a Dimesa. ¿No es raro?, ¿No le suena a desabasto inducido?

Según el registro de la compra consolidada hay inventario del Metrotexato para dos meses, no duden que la Oficialía Mayor de Hacienda esté pidiendo a las unidades administrativas que entreguen el informen de inventarios e insuficiencias, para que se realice adjudicación directa pues presupuesto hay suficiente para ello, porque esta área de la SHCP está obligada a mucho, pero no a adivinar qué falta. Eso es responsabilidad absoluta de la Secretaría de Salud y de las unidades hospitalarias.

Pregúntese. ¿porqué el ISSSTE, encontró que tenía inventarios del medicamento hasta que reventó el problema del 20 de noviembre para solucionar el desabasto de esa unidad?, ¿sus directores de oncología avisaron al comprador y responsable de la unidad médica?, ¿cómo están funcionando los protocolos de aviso de inventarios?.

El tema del Hospital Infantil todavía apunta más la relación Dimesa-Pisa, pues no tiene que ver con la compra consolidada sino con la insuficiencia del medicamento en las farmacias subrogadas, donde Dimesa debió entregar también.

Según la Cofepris, al momento de cerrar la línea de producción no se aseguró ningún producto y, solo después de esto es que Pisa soltó las 20 mil unidades de su inventario por la tarde, y de ellas entregó 17 mil para la consolidada y 3,000 para cubrir la subrogación con los institutos. Lo curioso es que tampoco hay aviso formal de la unidad hospitalaria sino hasta que realiza ¡una rueda de prensa! Es cierto que en la industria farmacéutica la planeación de la producción es fundamental, pero se usó el mismo modelo de desabasto inducido y crisis médica que en el caso del medicamento de Sida.