Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

25 Jun, 2021

Sorprende Banxico, pero ¡sorprende más la inflación!

¡Por su voto los conoceréis!, diría el sabio. En el último reporte trimestral de inflación estaba inscrita la posibilidad de que el Banco de México, cuya Junta de Gobierno encabeza Alejandro Díaz de León, actuara con su arma más poderosa para lanzar la advertencia a los agentes económicos y políticos (yo añado), que no se acostumbren a inflaciones elevadas, distorsiones en la formación de precios y, sobre todo, no olviden que la meta de inflación que debe perseguir, no el Banxico, sino la sociedad en su conjunto, es menor o igual a 3%.

“En nuestro escenario actualizado, el ciclo de alzas de Banxico iniciará en el primer trimestre de 2022... Las presiones inflacionarias han sido más fuertes que lo esperado, si bien seguimos considerando que, en su mayoría, éstas son de carácter temporal; en este sentido, estimamos la inflación al cierre de 2021 y 2022 en 5.6% y 3.7%, respectivamente (5.1% y 3.4%, anteriormente)”. Ésta es la previsión de un día antes del economista en jefe de Citibanamex, Adrián de la Garza. Y bueno, cómo pensar en una sorpresa así, si Banxico corre además en la misma dirección que la Fed de Jerome Powell.

Lo cierto es que la peor sorpresa ocurrió hoy, cuando Julio Santaella del Inegi comunicó que en la primera quincena de junio el componente subyacente subió 0.35% q/q, el mayor incremento para dicha quincena desde 1999, y el no subyacente 0.31%, el segundo mayor desde 2012; las variaciones anuales quedaron en 4.58% y 10.61%, respectivamente.

Las expectativas de inflación (de mediano y largo plazos), como le muestro en lo que escribe De la Garza, ya se habían afectado y, considerando que la economía tiene cuellos de botella poscovid, las presiones inflacionarias provenientes del aumento en materias primas y bienes importados, y las que se originan en problemas de proveeduría local y afectan la formación de precios, explican con claridad que se haya registrado una profunda y seria discusión al interior de la Junta de Gobierno como para que votaran tres contra dos (Galia Borja y Gerardo Esquivel probablemente, lo leeremos la próxima semana con la minuta), y derivara en la decisión mayoritaria de advertir que el Banxico no va a tolerar que la afectación de precios sea más profunda y extensa, y que su decisión de ayer, no implica por el momento que esté señalizando el inicio de un ciclo restrictivo, sino que actuará en cada caso.

La decisión se explica porque el resultado de la inflación estuvo muy por arriba del consenso y, porque todos los actores, incluyendo analistas, economistas y marketbettors, de que todos deben contribuir, gobierno y sector privado, para lograr un ajuste ordenado de precios a la baja.

Trabajo tienen los secretarios de Economía, Tatiana Clouthier, Víctor Villalobos, Agricultura y Desarrollo Rural y, sobre todo, Rocío Nahle, de Energía, de quien no hemos escuchado con claridad ¿cuál es la estrategia para que en el corto plazo baje, efectivamente, la tarifa eléctrica industrial y los precios del combustible, porque la restricción de oferta originada en la política estatizadora se reflejarse en precios de servicios y de bienes al consumidor? Al presidente le importa y mucho que la inflación baje.

DE FONDOS A FONDO

#UNOPS. La oficina en México de la UNOPS, que dirige Fernando Cotrim, se encuentra rebasada por la indefinición que tiene la compra de medicamentos al gobierno. Hasta la fecha no saben por qué el Insabi, que encabeza Juan Antonio Ferrer, tiene tres personajes comprando medicamentos con esquemas de asignación poco claros, tampoco le han informado que institutos, como el IMSS o el ISSSTE han comenzado a abastecer el faltante de medicamentos del cuadro básico y no tan básico.

El tema es tan complejo, que a quien el Presidente designó como el coordinador de la súper distribuidora del Estado, Pedro Zenteno, el trío del Insabi le ha aplicado la de “ni lo veo ni lo oigo”. El Coneval dio a conocer que la única carencia social que se ha deteriorado para la población más pobre es la salud, que de 2000 a 2015 bajó más del 50% de la población a 16% y, al cierre de 2020 subió a 21.5%. Como dice Roberto Salcedo, subsecretario encargado de Función Pública hasta que lo ratifique el Senado: Lo público es para que funcione, ¡no para que se hagan bolas!

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