El futuro de la industria automotriz es eléctrico ¿por qué?

Esto implica que la industria se encuentra bajo la necesidad de ajustarse a las necesidades productivas del coche eléctrico. Esto era sabido desde hacía tiempo. Sin embargo, ante la crisis de desabasto, la guerra comercial de Estados Unidos con China y el conflicto de Rusia y Ucrania, las acciones a favor de la adopción de energías verdes y de vehículos eléctricos se han acelerado a nivel mundial. En México entre 2020 y 2021. la venta de coches eléctricos creció un 154%, mientras que el total vendido hasta mayo de 2022 superó el total anual de 2021 por 1.24 veces.

La expectativa de que el coche eléctrico sustituya en su totalidad al de gasolina para mediados de la década de 2030 se refuerza por la iniciativa gubernamental de varios países de prohibir la venta de vehículos de gasolina en un futuro. En el caso de Estados Unidos, el mercado automotriz más importante para México y el mundo, varios estados están siguiendo la iniciativa de California de prohibir la venta de estos para el 2035. lo que, junto con las reglas del T-MEC, está llevando a una reconfiguración de la cadena de suministro en América del Norte.

Esto plantea importantes desafíos para la industria automotriz mexicana considerando que nuestra producción se compone mayoritariamente de vehículos de gasolina, por lo que la estructura productiva todavía no es la adecuada para producir coches eléctricos. Ante esto, ¿qué papel jugará México bajo este nuevo paradigma?

La adopción del coche eléctrico implica cambios en la red de proveeduría y materias primas, los cuales tendrán que provenir de Norteamérica si se busca beneficiarse de las exenciones arancelarias del T-MEC y los créditos fiscales del Inflation Reduction Act (IRA) pasado por la Casa Blanca. En el caso de Canadá se han efectuado avances. Por ejemplo. Mercedes-Benz y Volkswagen están buscando materias primas en Canadá para cumplir con los criterios del IRA y obtener una exención fiscal de 7,500 dólares para la producción de vehículos eléctricos. Estas anunciaron su intención de mover la red de suministro de baterías eléctricas hacia América del Norte, ante lo cual Canadá puede resultar beneficiado debido a sus depósitos de cobalto, níquel y litio. Por lo tanto, el desarrollo de las fabricas y la presencia de materiales esenciales otorga a Canadá elementos para posicionarse dentro de la nueva red de proveeduría del coche eléctrico.

México podría insertase dentro de esta tendencia, pero tiene que llevar a cabo una planeación estratégica con una visión a futuro donde colabore el sector público, el privado y la academia. Por el lado del privado, empresas como Volkswagen están tomando iniciativa. En su caso se planea invertir cerca de 1.000 millones de dólares para la ampliación de su nave industrial con el fin de adaptarla a la producción de coches eléctricos. No es solo Volkswagen: de 2019 al segundo trimestre de 2022 se registró Inversión Extranjera Directa automotriz de 19.343 millones de dólares, lo que habla bien de las expectativas del sector privado.

Por otro lado, México fundó la empresa paraestatal Litio para México, tras las reformas que le dieron derecho exclusivo al Estado para explorar, explotar y vender el litio situado dentro del territorio. Esto podría ser un primer paso para la inserción de México en la industria de baterías y el cumplimiento de los requerimientos del IRA y el T-MEC.

Sin embargo, lo ideal para México sería no solo extraer litio. Se requiere desarrollar capacidades locales para la producción de componentes que hagan uso de estos materiales. Con esto México tendría una mayor participación dentro de la red de proveeduría regional, lo que crearía empleos y fomentaría una mayor inversión.

El panorama apunta en la dirección correcta. El presidente hizo mención que el litio se pondría a disposición de la industria automotriz. Para esto, el Estado y cámaras empresariales deberán coordinar el sector privado, público y académico con el fin de encaminar la industria hacia una misma dirección: generar capacidades productivas e infraestructura, construir una red de estaciones de carga, dar incentivos al consumidor para la adquisición de coches eléctricos y fortalecer los centros de investigación. Todo esto con el fin de promover la fabricación y venta de vehículos eléctricos dentro del país y su exportación a Estados Unidos. Todo esto nos permitiría entrar como un actor estratégico al nuevo paradigma del coche eléctrico.

Por: Rodrigo Chávez

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