El deporte en la pobreza ¿Puede cambiar al mundo un balón?

 

A pesar de la gran cantidad de jugadores y personalidades que tiene el fútbol, jugadores como Gary Medel, Alexis Sánchez, Jakub Blaszczykowski, Juan Guillermo Cuadrado y hasta Cristiano Ronaldo –quien creció en uno de los barrios más pobres de Madeira- destacan por la forma en la que superaron su condición y los grandes logros que han obtenido. 

 

Estando a un mes y medio de que comience la Copa América, y en un país donde el futbol es el deporte más popular, que se encuentra fuertemente ligado a la economía desde el punto de vista comercial, pero donde no se reflexiona tan seguido en su posible relación con el desarrollo, quizás es pertinente preguntarnos:

 

Empecemos por un hecho: el futbol podría ser considerado el deporte más democrático del mundo porque las condiciones que lo crean permite que cualquiera pueda jugarlo. Es quizás la única actividad deportiva en equipo donde, cualquier cosa que se pueda patear, se convierte en un balón, y (casi) cualquier espacio donde uno puede correr, tiene el potencial de una cancha. 

 

No importan las edades, sexos y capacidades mientras el objetivo se cumpla: meter el “balón” en la cancha del oponente. Es un deporte que se juega en equipo y que rara vez permite individualismos. 

 

Además, las dinámicas espaciales han permitido su evolución en distintos lugares; desde el fútbol de calle de 3x3 hasta el de playa, las características de espacios urbanos y rurales y su distribución han dado pie a que la creatividad de sus apasionados modifique los requerimientos y el grado de adaptabilidad de la actividad es infinito. 

 

Un ejemplo de lo anterior es la creación de copas sui generis que incluyen a población normalmente excluida, como lo es la Homeless World Cup, iniciativa que busca en el futbol dar un lugar a población en desprotección y falta de hogar, promoviendo su inclusión a la sociedad.

 

El pasado 8 de abril Pelé fue al asentamiento de Parcelas de Mapuhue, en Chile, donde visitó a familias en extrema pobreza para lanzar una campaña que se llevará a cabo en el Marco de la Copa América, en la cual una institución financiera apoyará económicamente  a TECHO Chile por cada gol convertido en el campeonato.

 

Pelé también hace un llamado a la sociedad para hacer conciencia de la situación de millones de familias en Latinoamérica que viven en pobreza extrema –no sólo en las favelas brasileñas o en los campamentos chilenos- invitando al público a participar en iniciativas que apoyen el desarrollo de las comunidades.

 

¿Cuánto potencial existe en las canchas en las que juegan los millones de niños en pobreza que existen en México y en el mundo? Quizás en el fútbol per se no está la solución a los problemas y conflictos mundiales, no es un sinónimo de desarrollo, sino que es una herramienta que da enfoque, que centra motivaciones, con la capacidad de formar ciudadanos participativos, conscientes de la importancia de sus acciones individuales dentro de un engranaje social con metas específicas y con la voluntad de involucrar a más personas en el proceso.

 

¿Por qué no comenzamos a ver el futbol como una herramienta innovadora para el desarrollo y la posibilidad que reside en ese deporte de generar emprendimiento social en vez de verlo sólo como un espacio comercial?

 

#kgb