Los Objetivos de Milenio: comenzando a mirar hacia el 2030

Acciones contra la pobreza -
. Muchos de los países han trabajado arduamente para combatir la desigualdad y reducir las brechas, pero todos estamos lejos de haberlo logrado. Foto: Cuartoscuro
. Muchos de los países han trabajado arduamente para combatir la desigualdad y reducir las brechas, pero todos estamos lejos de haberlo logrado. Foto: Cuartoscuro
Hace 15 años el inicio del milenio era una promesa de cambio, progreso, innovación y resolución de conflictos a nivel mundial. Era el comienzo de una nueva etapa que vislumbraba grandes avances en aspectos que beneficiarían a la humanidad entera y, entre esas intenciones, la erradicación de algunos de los problemas más graves del mundo era prioridad. 
 
De ahí surgieron los Objetivos de Desarrollo de Milenio: los gobiernos y autoridades de 189 países miembros de la ONU se reunieron en el año 2000 para fijar metas a cumplir en 15 años, marcando pauta en el desarrollo de políticas públicas, acciones y programas para aliviar grandes problemas de desarrollo humano y reducción de brechas de desigualdad como la pobreza extrema y el hambre, educación primaria universal, igualdad de género, mortalidad infantil, salud materna, enfermedades como el VIH/Sida, sostenibilidad del medio ambiente y el fomento de una alianza mundial para el desarrollo.
 
Estando a sólo unos días de haber iniciado el año fijado para el cumplimiento de los ODM, el panorama parece un poco gris. Muchos de los países han trabajado arduamente para combatir la desigualdad y reducir las brechas, pero todos estamos lejos de haberlo logrado. Hablo en primera persona porque México se encuentra inmerso en una crisis de desarrollo humano que ha dado pasos muy lentos en su superación. 
 
A lo largo de estos 15 años y tres sexenios, en nuestro país se ha dado impulso a tres programas de Desarrollo social enfocados en la superación de la pobreza – Oportunidades, con Vicente Fox y Felipe Calderón, y Prospera con Enrique Peña Nieto- que han tenido resultados poco satisfactorios pues, aunque los niveles de pobreza sí han disminuido, las condiciones de vida de millones de mexicanos sigue siendo preocupante: de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) cuatro de cada 10 mexicanos viven en pobreza, es decir, 53. 3 millones de personas y 13 millones viven en pobreza extrema. 
 
Gráfico: Guillermo Meza Pérez
 
Siendo la erradicación de la pobreza extrema y el hambre el primero de los Objetivos de Milenio, es necesario examinar cuantas veces sea posible la forma en la que se implementan las acciones para combatirla no solamente por la cantidad de personas que viven en condiciones de vulnerabilidad y situación de pobreza sino por la transversalidad de su importancia; en cada uno de los 7 objetivos restantes la pobreza está presente y es elemento fundamental de la problemática.
 
A pesar de los resultados insuficientes, el optimismo no ha disminuido, 2015 es considerado un año histórico para unir a los países y a sus habitantes en una lucha para poner fin a la pobreza- de acuerdo con declaraciones de Ban Ki-moonpor lo que es necesario examinar en qué forma se atenderán los objetivos conforme a los programas locales y las acciones programadas para los siguientes doce meses.
 
De acuerdo con las Reglas de Operación de Prospera, publicadas el 30 de diciembre de 2014 en el Diario Oficial de la Federación , las familias beneficiarias del programa recibirán un apoyo de 12 pesos diarios por persona, saldo que deberá cubrir las necesidades de salud, alimentación y educación, incrementando el monto dependiendo de la edad de los becarios y su actividad escolar, sumando hasta 2 945 pesos –en caso de aquellos con miembros menores de 22 años cursando la educación media superior.
 
Analizando las Reglas de Operación, los apoyos, aunque necesarios, no parecen considerar algunos elementos que influyen en la eficacia de su implementación. Un ejemplo de esto es la accesibilidad a las comunidades que podrían ser beneficiadas y los problemas a los que se enfrenta la población que recibe este tipo de apoyos para hacerlos efectivos. 
 
Cuatro ausencias injustificadas durante un mes pueden ser suficientes para retirar el apoyo a niños y niñas en educación primaria, lo cual puede ser un incentivo para asistir de manera regular pero ¿Qué sucede cuando el acceso a la escuela está sujeto a condiciones de transporte, clima y cuestiones de seguridad como, por ejemplo, la falta de alumbrado público que impide a una niña de 9 años caminar por las calles cercanas a su escuela sola? 
 
Del mismo modo, es necesario presentar documentos de identidad que la mayoría de habitantes en pobreza extrema carece por cuestiones que van desde el analfabetismo hasta el acceso a recursos básicos para tramitar la credencial para votar. 
 
Estas particularidades se reproducen en distintas maneras, a modo que terminan siendo una generalidad en la que, irónicamente, las personas que terminan siendo atendidas no son las que más excluidas están. 
 
El pasado 4 de enero el presidente dio un mensaje a la nación en el cual mencionaba 7 acciones estratégicas a ejercer por diversos órganos de gobierno durante el año que servirán como eje para el Desarrollo Social y el combate a la pobreza. 
 
Llamó la atención la propuesta de entregar televisiones digitales a 10 millones de familias de escasos recursos con el objetivo de “acercar a los jóvenes a las nuevas tecnologías” a la par que se propone la construcción de viviendas dignas para la población que cuenta con carencias en términos de vivienda, a saber: 16 millones de personas en el país, la población aproximada de Chile o los Países Bajos. 
 
De ahí surge un cuestionamiento, pues aunque el octavo objetivo refiere al acceso a tecnologías a toda la población ¿Por qué atender primero esto cuando existe una carencia tan grande donde al menos 16 millones de personas no tienen acceso a servicios como electricidad en sus hogares? 
 
Tal acceso también puede entenderse como la infraestructura que permite el goce de servicios tecnológicos, sin la cual el poseer una televisión digital puede ser inútil.
 
El diseño de políticas públicas no es una tarea sencilla, cabe reconocerlo, y con un país con problemáticas tan complejas como México es difícil definir cuáles acciones deben priorizarse para avanzar en desarrollo social. 
 
Si tomáramos esas acciones y las emparejáramos con las prioridades de los ODM ¿Cómo se medirían los resultados esperados por el Estado mexicano a comparación de lo propuesto por Naciones Unidas? 
 
¿Qué otras acciones podríamos impulsar para que los Objetivos de Milenio no queden como cartas de buena voluntad? Esta vez hablo en plural porque es necesario recordar que un Estado se compone no sólo por el gobierno, sino también por su población y como parte de ella, tenemos la corresponsabilidad de exigir y ejercer acciones que acompañen al optimismo con el cual el milenio comenzó y que, en 15 años, muestren un resultado positivo conforme a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030. 
 
kgb 
 
 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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