¿Por qué colaborar con una ONG? Desarrollarse a través de trabajar en equipo

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El trabajo dentro de las ONGs es una de las formas más horizontales de ejercer la democracia desde la trinchera ciudadana. Foto: Archivo Techo
El trabajo dentro de las ONGs es una de las formas más horizontales de ejercer la democracia desde la trinchera ciudadana. Foto: Archivo Techo

En México existen alrededor de 1,300 Organizaciones No-Gubernamentales (ONGs), de acuerdo con el registro del directorio de asociaciones civiles de la Secretaría de Gobernación (Segob). Estas se encuentran clasificadas por tema; asistencia y promoción social, derechos humanos, democracia, asesoría legal, colonos, mujeres, indígenas, migrantes, refugiados, ecología y cultura, etc.

 

Cada una se encarga de atender, proteger, auxiliar, coordinar o trabajar con un sector de la sociedad que no ha logrado resolver conflictos o necesidades.

 

Las ONGs, también conocidas como OSC (Organizaciones de la Sociedad Civil) son en muchas ocasiones el medio por el cual los distintos grupos manifiestan sus necesidades y los que median con los gobiernos, a veces formando alianzas y a veces confrontándolos, pero en general son la manera organizada de emprender acciones para mejorar algún aspecto en la calidad de vida de las personas o luchar por lo que ellos consideran prioritario.

 

En otras palabras, el trabajo dentro de las ONGs es una de las formas más horizontales de ejercer la democracia desde la trinchera ciudadana; implica dialogar, reflexionar, informar y organizarse para lograr un objetivo, y es este componente democrático lo que da legitimidad a sus acciones, pero esto no sólo tiene alcances a nivel ciudadano, tiene incluso resultados en lo económico y psicológico: Colaborar con una ONG nos ayuda a encontrar a gente con los mismos intereses y objetivos, con ideas compartidas, que alimentan nuestra persona y esa participación contribuye a la salud mental.

 

En cuanto a lo económico, muchas OSCs cuentan con líneas formativas que impulsan proyectos productivos, cambios de modalidades de consumo, conciencia de utilización de recursos, etc., lo cual contribuye a las economías locales en lo micro y, en muchas ocasiones,  comienza un proceso de concientización acerca de cómo vivimos los procesos sociales y económicos desde nuestra propia persona hasta niveles más amplios.

 

A pesar de todo esto, las organizaciones no deben ser consideradas como la panacea a los problemas sociales, políticos y económicos de los países o del mundo; estos se resolverán a través de la participación de todos los niveles de gobierno, desde lo más institucional hasta lo más personal.

 

Las Asociaciones son simples vías para entender que los conflictos y necesidades sí se pueden resolver, y que hay un espacio para todos en donde se puede pensar –en conjunto- cómo hacerlo.

#kgb

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