El nuevo enfoque que deberán de tener las empresas

Mtro. Sergio García Quintana, Presidente de la Comisión de Finanzas y Sistema Financiero Mexicano del Colegio de Contadores Públicos de México, Socio Director GQC

Es muy común que en las reuniones familiares y de compañeros de trabajo se escuchen historias de cómo eran las cosas antes. Algunos de los asistentes se explayan comentando, “cuando yo era joven , aquí había un río en el que jugaba con mis hermanos y mis primos, ahora es una avenida y, ahora está todo el tiempo lleno de automóviles”  o “este lugar estaba lleno de árboles y podíamos acampar y a la mañana siguiente nos despertaba el canto de los pájaros, ahora está una unidad habitacional llena de coches y gente”, o incluso una de las historias más recientes “antes este era un basurero y ahora está lleno de edificios de oficinas y departamentos de lujo”.

¿Qué es lo que hace que las cosas cambien? La evolución de las plantas, los animales y los seres humanos ha tenido a lo largo de su historia una serie de cambios fisiológicos marcados por la necesidad de satisfacer sus necesidades básicas de casa, vestido y sustento. La búsqueda de agua para beber y la persecución de los animales de caza para alimentarse y vestirse, llevaron a los seres humanos a recorrer grandes distancias hasta definir zonas de cultivo que les permitieran establecerse y permanecer ahí por mucho tiempo.  

Se da origen a los pueblos y posteriormente a las ciudades, la aceptación de los usos y costumbres de esos grupos se convierten en sus culturas, su forma de vestir, su forma de alimentarse y el estilo de sus casas, están influenciadas por las condiciones climáticas y de la diversidad de flora y fauna propia de cada lugar o zona geográfica, dan origen a las diferencias entre cada individuo y de los grupos a los que pertenecen, sus actividades, su forma de vestir y de sus alimentos, sus ideas e incluso sus temas de conversación, tienen un común denominador.

La aceptación de los usos y costumbres de los integrantes de los grupos y comunidades vecinas, dan origen a las culturas que identifican a cada pueblo, estado o país. Esas culturas únicas que describen sus hábitos de consumo y de las formas que realizan sus operaciones comerciales y para satisfacer esas necesidades básicas y de transporte, trabajo, deporte y diversión, han tomado matices diferentes en cada época de la historia de la humanidad.

Antes, durante y después de la pandemia de Covid 19 que tiene la característica única y sin antecedentes, de haber sido inesperada, de impacto global, de mucha duración y con efectos mortales para la humanidad y las empresas, como nunca se había presentado.

Una vez más, pero ahora de forma masiva, los empresarios se han tenido que enfrentar resultados de una realidad que deberá contestar la gran interrogante; ¿Podremos continuar operando?, ¿Cuánto tiempo nos llevará pagar lo que debemos?, ¿Podremos recuperar a nuestros clientes?, ¿Cuánto tiempo nos llevará regresar al nivel de ingresos y utilidad que teníamos antes de la pandemia? … ¿Y si mejor cerramos y empezamos otro negocio?

Habrá que observar los cambios temporales o definitivos que ha traído los cambios de empleo, costumbres y hábitos de consumo y comportamiento de los antiguos clientes, lugares de compra y tipo de alimentos y ropa que modificaron, la pérdida de seres queridos, dueños de micro y pequeños negocios, de empresarios que tuvieron que vender activos para sostener sus costos fijos (renta, luz, teléfono, internet) y el salario de sus empleados.

Habrá que levantarse después de la tormenta, salir y observar cómo han quedado las cosas y que podemos utilizar, sin detenerse a pensar ni dudar, apoyados con el alma y valentía del primer requisito que debe cumplir un verdadero empresario “un verdadero empresario jamás se da por vencido”, porque es el responsable de su empresa, la de su familia y la de sus empleados.

Regenerarse de sus cenizas como el ave Fénix en la mitología griega, hacer planes y tomar acciones de mejora y máxima utilización de los recursos disponibles, evolucionar y llegar a nuevos mercados, utilizar las nuevas herramientas tecnológicas, potencializar nuestros recursos humanos, entrar al mundo globalizado detectando nuevas necesidades derivados de los cambios de costumbres, hábitos y consumo, estudiar su temporalidad y tendencia.

Preparemos nuestras empresas para convertirlas en una de esas que no tienen miedo a la innovación de alta resiliencia para enfrentar los problemas y los retos de tiempos cambiantes que habrán de seleccionar aquellas que, como en la historia de la humanidad, han sido los organismos más aptos para sobrevivir a las circunstancias cambiantes.