¿Cómo podemos medir mejor el progreso de un país?

ECON 101 -
Personas caminando calle Madero
¿Cómo podemos medir mejor el progreso de un país? Foto: Cuartoscuro.

Durante muchos años el Producto Interno Bruto ha sido el indicador más importante para evaluar los avances de un país y el desempeño de los gobernantes. Sin embargo es cada vez más claro que fijarnos en un solo indicador económico no cuenta toda la historia sobre el progreso de una sociedad.

Algunas alternativas se han explorado, como con el Índice de Desarrollo Humano creado en los 90 o el Índice para una Vida Mejor de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Incluso a nivel nacional hay esfuerzos, como la medición del bienestar subjetivo que cada tres meses publica el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Una propuesta interesante es la que ofrece la organización Social Progress Imperative. Se trata de un Índice de Progreso Social que no se basa en aspectos económicos o monetarios, sino que busca medir el impacto directo sobre el bienestar de las personas, medir resultados reales.

La organización define el progreso social como “la capacidad de una sociedad para satisfacer las necesidades humanas básicas de sus ciudadanos, establecer los bloques que permitan a sus ciudadanos y comunidades potenciar y sostener su calidad de vida, y crear las condiciones para que los individuos alcancen su potencial”.

De acuerdo con la medición de 2017 nuestro país tiene una calificación de 71.93 y su ubica en la posición 48 de 128 países evaluados.

Sin embargo, un número para el país nos cuenta sólo una parte de la historia, ¿qué pasa si intentamos crear un índice a nivel estatal o incluso llevarlo al nivel municipal? ¿Podemos medir el progreso al interior de nuestro país a través del tiempo?

Junto con Alejandra Flórez y Karla Neri, compañeras en la Maestría en Economía de El Colegio de México, nos aventuramos a calcular un Índice de Progreso Social para México en 1995, 2000, 2005, 2010 y 2015. Buscamos respetar en medida de lo posible la metodología del índice internacional, aunque nos vimos limitados por la existencia de datos.

Al analizar los datos y compararlos con el PIB per cápita municipal encontramos algunos resultados y ejemplos interesantes.

En general vemos que tanto el índice como el PIB crecen conforme pasa el tiempo, pero en 2010 vemos que el índice Chihuahua tiene un retroceso muy notorio. Esto coincide con la oleada de violencia en el estado, en particular el aumento en feminicidios y asesinatos de migrantes. Claramente el PIB no lo es todo al evaluar el bienestar de una sociedad, hay que ir más allá de indicadores económicos.

Otro ejemplo es Chiapas, donde el PIB per cápita se ha mantenido prácticamente estancado a lo largo de 20 años y no varía mucho entre municipios. Sin embargo, el índice de progreso social muestra que hay una gran desigualdad entre municipios con diferencias de hasta 10 puntos entre los mejores y los peores.

Un último ejemplo es Querétaro, donde tanto el PIB ha crecido rápidamente al impulsarse el sector aeroespacial. Lo interesante de este estado es que el índice de progreso social también ha aumentado rápidamente, lo que nos habla de una buena redistribución de la riqueza en el desarrollo de infraestructura y mejora de las condiciones generales de vida.

Otra de las relaciones que encontramos se aprecia cuando graficamos el PIB per cápita municipal contra el índice. Se aprecia una relación cóncava, que es la que tradicionalmente se ve al comparar mediciones alternativas del bienestar contra indicadores económicos.

Que exista esta relación nos dice tres cosas. En primer lugar, que el índice está suficientemente bien construido. En segundo, podemos notar que para un mismo nivel de PIB per cápita hay municipios con índices muy variados, lo que indica que el tener cierto nivel de riqueza no predestina a cierto nivel de progreso. Y, finalmente, que aquellos municipios con niveles bajos del índice pueden progresar socialmente más rápido que los de nivel alto cuando redirigen bien las ganancias en riqueza a atender los conceptos que importan en el indicador.

Este proyecto queda como un primer acercamiento a construir un índice de progreso social para México; las áreas de oportunidad son muchas. En nuestro caso nos vimos limitados por el interés de construir un índice desde 1995; si este no fuera el caso y se quisiera partir con uno para 2018 las fuentes de información son más amplias y se podría ser más fiel a la metodología original.

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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