¿Qué hay que considerar para fijar el salario mínimo?

El tema del salario mínimo siempre ha sido una cuestión controversial a nivel internacional. Como ejemplos recientes tenemos el llamado del presidente Obama para subir el salario mínimo en Estados Unidos de 7.25 a 10.10 dólares; la encuesta en Suiza para fijar el salario mínimo más alto del mundo (propuesta que fue rechazada por el 76% de la población) y el llamado del jefe del Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, a “buscar un mejor salario mínimo para todos los trabajadores”.

La razón de la polémica sobre el salario mínimo es que los estudios empíricos sobre el tema están lejos de arrojar un resultado concluyente sobre sus efectos. Por un lado, hay quienes argumentan que el aumento del salario mínimo traería consigo un aumento en precios (vía costos) y desempleo, y que la remuneración de los trabajadores debe de fijarse con base en su productividad. Para otros un aumento en el salario mínimo traerá consigo un beneficio para los trabajadores de ingresos más bajos (sin que forzosamente se vean afectados los precios y los empleos) lo que repercute positivamente en la economía nacional.

En nuestro país el salario mínimo ha caído 71% en términos reales de 1976 a la fecha. Por su parte, el 13.1% de los trabajadores tiene un salario mínimo o menos, lo cual representa a cerca de 6.5 millones de trabajadores; mientras que el porcentaje de trabajadores que tiene de 1 a 2 salarios mínimos es de 24.3% (12 millones de trabajadores)[1]. De igual forma, el estudio del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana Puebla señala las diferencias del salario mínimo en Latinoamérica, y se resalta que México es el país con el menor salario mínimo en la región una vez que se ajusta la paridad de poder de compra entre países.

Ante este escenario parece inminente que ocurrirá un incremento sustancial en el monto del salario mínimo, es por ello que vale la pena preguntarse ¿Qué elementos es necesario considerar al fijar un salario mínimo?

La fijación de un ingreso mínimo difiere alrededor del mundo. En varios países el salario mínimo es universal (como en Estados Unidos), y en otros casos están los salarios mínimos parciales, los cuales están fijados por industria, zona o por negociación salarial (como es el caso de México, en el que tenemos diferentes salarios mínimos según la zona). También existen países sin salario mínimo, pero son los menos.

Para fijar el salario mínimo hay dos factores interdependientes que juegan un papel vital en su establecimiento y evolución: la situación de la negociación colectiva y el uso de éste como herramienta de política económica. Cuando la negociación salarial no está bien desarrollada (como podría ser el caso de México), la influencia de un sistema de salario mínimo legal será más pronunciado, lo que resulta en un ámbito de aplicación más amplio en términos de sectores de la economía y las diferentes categorías de trabajadores cubiertos. Del mismo modo, el uso intensivo del salario mínimo por un gobierno con miras a la realización de diversos objetivos de política económica conducirá, voluntariamente o no, a reducir el papel de la negociación salarial colectiva con el fin de controlar mejor su desarrollo. Por el contrario, una negociación salarial bien establecida resulta en un proceso de negociación colectiva en donde la intervención del gobierno se excluye o limita a la protección de los asalariados con salarios más bajos.

Tomando en cuenta estos factores, hay procedimientos para fijar el salario mínimo. Un documento de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) identificó cuatro categorías:

- Una tasa para todo el país o por región, con el Estado como el tomador clave de decisiones.

- Múltiples tasas que varían por sector y ocupación, con el Estado como el tomador clave de decisiones.

- Una tasa para todo el país o región, determinado por negociación colectiva.

- Múltiples tasas que varían entre sectores y ocupaciones, determinadas por negociación colectiva.

De acuerdo a la OIT, la evidencia internacional señala que es más común que los salarios mínimos se fijen según negociaciones salariales. Sin embargo, también señalan que hay dos métodos principales para establecer este ingreso mínimo para los trabajadores.

El primer método para fijar un salario mínimo es basarse en el costo de vida y tiene como objetivo determinar una tasa que cubra las necesidades básicas del trabajador. Este parece el método más sencillo y adecuado pero causa varios problemas. Para esto habría que plantear: ¿se debe de considerar que un trabajador es el único miembro del hogar que genera ingresos? Al pensarse que el salario mínimo debe de cubrir las necesidades básicas de una familia es importante también tomar en cuenta el tamaño de la familia. Otro punto es el hecho de la disparidad de precios entre regiones (en México el Distrito Federal es mucho más caro que la mayoría de los estados del país).

Otro método para establecer un salario mínimo es por medio de estadísticas salariales: recolectar datos del salario más bajo dentro de la distribución y del salario medio. Países Bajos utilizó este método para implementar su salario mínimo en 1968. Resulta atractivo por su simplicidad, y porque también está basado en la premisa que los salarios actuales pagados reflejan las necesidades básicas de los trabajadores y de los patrones. Sin embargo, este no es necesariamente el caso en sectores donde los trabajadores gozan de poca protección social.

Para el caso mexicano, más allá de hablarse de una reforma al método de determinación del salario mínimo, lo que ha estado a debate es cuánto se debe de incrementar dicha variable. Desde la declaración del Jefe de Gobierno se han arrojado múltiples cifras: subirlo por lo menos 20 pesos; subirlo a 171 pesos debido a que es el costo de la canasta básica (al menos hasta hace un par de meses); el senador Barbosa propone fijarlo en 548 pesos (basado en el estudio del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana Puebla).

El tema es muy complejo y da para mucho debate; el mismo secretario de Desarrollo Económico del GDF se comprometió a un estudio, junto con varias universidades y la CEPAL, para determinar un salario mínimo que beneficie a la población, principalmente a la de menos ingresos. Por su parte, y reflejando la diversidad de opiniones sobre el tema, el Gobernador del Banco de México declaró que este aumento debe de ir acompañado de incrementos de productividad para que no sea perjudicial para la economía. Ya a más de 100 días de la propuesta se espera que el GDF arroje un estudio serio con un cifra específica respaldada en evidencia y un análisis profundo, que dé como resultado un nuevo salario mínimo que arroje beneficios netos para la población.

*gl