La visión del líder, el mapa del camino

CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando le preguntamos a la mayoría de las Pymes y emprendedores si saben hacia dónde va su negocio, la mayoría responden que sí, cuando les pregunto si alguien más en su negocio lo sabe, la respuesta es casi siempre: “pues, deberían…. ¿no?”.

Esto es un problema más grande lo que pensamos, lo vemos todo el tiempo: el líder tiene una idea clara, bien definida de lo que quiere en su negocio, en su cabeza, sólo ahí y nadie más lo sabe.

El problema de que nadie más lo sepa es que nuestros empleados trabajan “a ciegas” y cuando esto pasa no hay motivación ni dirección, el trabajo se hace mal y el cliente se da cuenta…

Por tanto, es de vital importancia: ¡ponerlo por escrito!

Lo vemos como el mapa del tesoro, todos queremos verlo, saber en el día a día a donde vamos a llegar y eso mis queridos lectores le corresponde hacerlo al líder, es decir, que tú como líder tienes que mostrarle a tus empleados hacia dónde va el trabajo que hacen cada día.

Todos esperamos que sea el líder el que nos dirija, de hecho, cada empleado al llegar por la mañana a su trabajo confía en que el dirigente sabe hacia dónde va el equipo.

Ahora bien, ¿qué debe estar escrito en un mapa? Es una visión a cinco años de cómo se verá su empresa cuando esté desarrollada por completo.

La manera en la que te sugerimos que empieces a redactarlo es: siéntate tranquilamente sin distracciones, viaja en el futuro a cinco años, sueña un poco, imagínate tu negocio, ¿qué te gustaría ver?, ¿cómo son las oficinas?, ¿cuánto estas vendiendo?, ¿cómo son tus empleados?, ¿qué margen de ganancia estás obteniendo?, ¿en qué ciudades o países estas vendiendo?, ¿cuántos empleados tienes?

Y vuelve al presente y empieza a escribir, todo lo que te venga a la mente “sin censura”.

Una vez hecho esto, revísalo y corrige o cambia lo que consideres pertinente. Déjalo “reposar” unos días y vuelve al documento, léelo con calma, vuelve a corregir o cambiar.

Es posible que tengas que repetir este proceso un par de veces, hasta que finalmente lo leas y digas: “¡Sí! Esto es lo que quiero ver en cinco años, así es como mi empresa puede estar”.

Una vez hecho esto procede a compartir con los empleados, es posible que no puedas o quieras compartir cifras con la mayoría o con todos; no importa, está bien, puedes tener dos versiones: una  para ti y otra para todo el personal, la idea de compartir esto con los empleados es que más de alguno pueda decir: “ahora entiendo, ¡hacia allá vamos!”

Esto hará que su trabajo tenga un sentido diferente, y cuando nuestro trabajo tiene sentido, trabajamos mejor.

*livm