Tu firma puede revelar más de lo crees sobre tu toma de decisiones

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Nuestra firma también puede reflejar nuestra expectativa hacia el futuro, nuestra voluntad y automotivación hacia adelante. Foto: Pixabay
Nuestra firma también puede reflejar nuestra expectativa hacia el futuro, nuestra voluntad y automotivación hacia adelante. Foto: Pixabay

En artículos anteriores hemos comentado sobre el significado de nuestra firma y la forma en que nos retrata como individuos y cómo nos presentamos hacia los demás.

Pues bien, si la firma es reflejo de nuestra personalidad, lo es también de la forma en que tomamos decisiones.

Al firmar decidimos afirmar la idea sobre la cual estamos firmando, autorizamos y damos aval de lo que el texto plantea. Aceptas realizar un pago o te comprometes a realizarlo. La firma, junto con nuestro nombre, es prácticamente como si fuera nuestra huella digital.

Asimismo, igual que nuestra letra, la firma se va modificando conforme nosotros vamos cambiando, con nuestras  experiencias y circunstancias. Incluso puede cambiar radicalmente desde que somos jóvenes hasta que nos encontramos en edad de respaldar nuestro dicho con la firma, es decir, cuando ésta adquiere responsabilidad jurídica.

Cuántas veces hemos firmado identificaciones o documentos oficiales y con el paso del tiempo cambiamos nuestra firma e incluso olvidamos cómo la hicimos y los rasgos importantes de ella, o ¿cuánta gente conocen que tiene problemas con los bancos porque su firma siempre es diferente y no coincide con la que está registrada?

Al escribir y sobre todo al firmar pasamos por un proceso neurológico en donde transmitimos nuestros deseos y gustos personales, cada impulso y rasgo de nuestros trazos se organizan de una forma única y ponen de manifiesto nuestra forma de tomar decisiones, de pensar y de comunicar nuestras ideas hacia los demás.

Es por ello que si nuestra firma es clara o rebuscada será una muestra por ejemplo de la forma en que enfrentamos y resolvemos nuestros problemas, ya sea una perspectiva práctica o sencilla, simple o sintetizada o por lo contrario, somos de los que buscamos complicarnos la vida o como comúnmente se dice: le buscamos tres pies al gato.

Otro ejemplo se ve en el tamaño de nuestra firma, demostrando qué tan introvertidos o extrovertidos somos, si nos gusta asumir una posición de liderazgo, de alguien que está acostumbrado a seguir instrucciones del jefe o incluso alguien que le gusta llamar la atención o ser protagónico.

Incluso podemos medir el nivel de energía que tenemos para realizar nuestros proyectos. Es posible que pongamos mucho empeño para iniciar tareas o planes, pero conforme pasa el tiempo nos vamos quedando sin interés y nuestro ímpetu va disminuyendo, o somos una persona demasiado energética que gusta de hacer actividades que demandan altos niveles de estrés o incluso demandan físicamente más energía.

Nuestra firma también puede reflejar nuestra expectativa hacia el futuro, nuestra voluntad y automotivación hacia adelante, ya sea que seamos una persona en general con un punto de vista positivo hacia el porvenir o con un sentido pesimista y trágico. Será nuestra perspectiva para tomar decisiones o para frenarnos en nuestro camino. Demostrará nuestra tolerancia o resistencia al cambio y la forma en que enfrentamos los conflictos.

Nuestra firma presentará infinidad de rasgos, algunos autores estiman que pueden haber hasta 280 factores gráficos que se pueden decodificar únicamente de los trazos que hacemos al firmar y dirá mucho más de lo que somos y pensamos sin darnos cuenta.

¿Cómo es tu firma?

 

Nos leemos la próxima vez…

*DR

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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