Lograr un proceso de integración con la alineación estratégica

 

Esto tiene un efecto negativo en los resultados de la misma, ya que a pesar de  que la organización cuente con objetivos estratégicos claramente definidos, no servirá de mucho si no se realiza un ejercicio serio de comunicación, análisis e identificación de objetivos por áreas, lo cual permita que cada colaborador sepa qué debe hacer para conseguir las metas que tienen la empresa.

 

Para fijar un punto de partida, hay que enfocarse en la propuesta de valor organizacional, ya que esto será lo que guíe hacia dónde irá la empresa, lo que se desea obtener, las probabilidades de conseguirlo y los esfuerzos necesarios para convertirlo en realidad.

 

Es alrededor de la propuesta de valor de la empresa que se implementa la estrategia a seguir y el despliegue de objetivos. Una vez definido esto, lo que sigue es sumar a los participantes en las acciones que llevan a lograr los objetivos: el consejo administrativo, el comité directivo, las unidades de soporte y de negocio, los clientes, proveedores y las alianzas.

 

 

 

 

El alcance de la alineación depende de la capacidad que se logre desarrollar para comunicar la estrategia de manera adecuada, de la escucha y el trabajo en equipo.  

 

Un aspecto a tener en cuenta al realizar la alineación, son los diferentes grados de ésta conforme vayamos comunicando y compartiendo objetivos. Es recomendable hacer evaluaciones periódicas del grado o índice de alineación en el que se encuentre la organización, de acuerdo a cada uno de los elementos que participan en ese proceso. 

 

Esta evaluación se lleva a cabo en función de ciertos puntos de control o criterios establecidos con anterioridad que permiten observar qué tanto la organización está alineada.

 

Los puntos anteriormente mencionados podrán medirse en la unidad de medida que más se facilite a cada organización. Por ejemplo, usando una escala del 1 al 5 o una escala de porcentajes. Lo importante es que se logre sistematizar el lugar en donde se encuentra la empresa y los puntos críticos que deben atenderse para desplegar la estrategia de manera correcta.

 

Finalmente, todo esto debe estar alineado con la estrategia de valor, con los atributos que el servicio o producto de la organización le ofrece al cliente (compuestos por los requisitos indispensables y sus diferenciadores) para que se trate de un proceso integrador de objetivos.

 

*Fundador y Director Ejecutivo de Logos Consulting (www.logosconsulting.com y @MxLogos), con más de 20 años de experiencia en Ejecución Estratégica en compañías globales y mexicanas.

 

 

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