Y si fallezco, ¿cómo puedo apoyar a mi familia desde ahora?

Un día… -
Seamos mucho más abiertos como sociedad para aceptar que eventualmente todos nos enfrentaremos a esta situación. Foto: Pixabay
Seamos mucho más abiertos como sociedad para aceptar que eventualmente todos nos enfrentaremos a esta situación. Foto: Pixabay

Para dar continuidad a los artículos anteriores y a manera de conclusión de este tema, voy a aprovechar que estamos arrancando 2016, y que como es común, normalmente pensamos en propósitos y cosas que nos permitan mejorar, por lo que  voy a invitar a la reflexión sobre la siguiente lista de documentos, que no es limitativa dependiendo de cada uno de nosotros, y que desde mi punto de vista es muy importante tener en orden y disponibles en un mismo lugar, para que en caso de fallecimiento, nuestra familia pueda conocer de su existencia y enfrentar de mejor manera cualquier situación relacionada:

Testamento

Aunque pensemos que no vale la pena tenerlo porque no poseemos muchas cosas, o sintamos que no tengamos “nada”, es muy importante tener este documento, no importa si somos solteros o no tenemos hijos, siempre habrá alguien que enfrentará legalmente la situación y tendrá que administrar las pocas o muchas propiedades, deudas, deudores, créditos, etc., de preferencia basados en nuestras decisiones. La recomendación es acercarse a una Notaría para pedir asesoría al respecto, no es un proceso complicado ni tampoco costoso, incluso hay promociones (como ‘Septiembre, mes del testamento’).

 

Actas diversas

De nacimiento, matrimonio, divorcio, etc. Es de suma importancia que estén actualizadas y bien cotejadas con los datos correctos correspondientes, ya que legalmente, un error en algún nombre o fecha puede generar juicios, decisiones no favorables y mucho malestar para nuestros beneficiarios o familiares.

 

Pólizas de seguros de vida

Deben de estar actualizadas con los beneficiarios designados. En muchas ocasiones tenemos este tipo de seguros a través de tarjetas bancarias o departamentales que cubren las deudas, o gastos funerarios, o que pueden generar algún beneficio económico para nuestra familia, por lo que habrá que tomarse el tiempo para revisar los contratos correspondientes o acercarse a las instituciones adecuadas  para conocerlos y aclarar cualquier situación, si es necesario.

 

Escrituras  y facturas

Pueden ser bienes inmuebles (casas, departamentos, locales comerciales, etc.), o automóviles, motos, electrónicos, muebles, etc. La recomendación es también tenerlos actualizados.

 

Contratos de servicios funerarios

Es muy recomendable que en caso de no tenerlos, nos abramos a la posibilidad de hacerlo, porque seguramente le quitarán muchos dolores de cabeza a nuestros familiares (o nos los quitarán a nosotros en caso de que algún familiar fallezca).

 

Contratos de ahorro o inversión

Al igual que los seguros, tienen que estar actualizados con los datos de los beneficiarios y de preferencia incluir los datos de los asesores de cada institución.

 

Copias de documentos diversos

Como el IFE, la CURP, el RFC, las declaraciones de impuestos, el pasaporte, información sobre deudas, pagarés (a favor o en contra), acreedores (los que nos deben), etc.

 

Donación de órganos

Declaración por escrito sobre si deseamos que en caso de fallecimiento se puedan utilizar nuestros órganos en beneficio de un tercero.

 

Muerte asistida

Declaración por escrito sobre nuestra decisión de que en caso de caer por ejemplo en coma, y después de un periodo de tiempo, se nos “desconecte”. Muchas veces este tipo de situaciones se presentan generando muchísimo desgaste familiar dado que no es fácil que algún familiar pueda tomar estas decisiones de manera consensuada.

 

Lista de asesores profesionales

Como son abogado, fiscalista, asesor de inversiones, contador, notario, etc. Será de gran ayuda que nuestros familiares sepan a quién dirigirse en caso de alguna duda.

 

La lista anterior es sólo un ejemplo de los  aspectos que deberemos considerar en beneficio de nuestra tranquilidad y de la de nuestra familia, con el objetivo de minimizar o evitarles pasar por momentos más dolorosos  de los que de por sí ya  son. Es una responsabilidad individual, de pareja, y de familia, que no debe  recaer sólo en la persona que representa el sustento familiar, sino en todos y cada uno de los integrantes del hogar (sobre todo cuando ya son mayores de edad).

Desafortunadamente, en nuestra cultura mexicana (que no es muy distinta a la de muchos otros países), es común ver situaciones en donde las familias se enfrentan a la situación del fallecimiento sin estar preparados, y es paradójico porque por ley natural y por el paso de los años sabemos que va a suceder, pero al mismo tiempo nos resistimos a pensar en esto y a tomar acciones al respecto. Resulta todavía más complicado cuando la situación se da por algún accidente o situación imprevista que nos toma por sorpresa, por lo que todavía es mucho más importante reflexionar y prepararnos al respecto a la brevedad posible.

Mi reflexión final sobre “Un día...” en el caso del fallecimiento, es que seamos mucho más abiertos como sociedad para aceptar que eventualmente todos nos enfrentaremos a esta situación y que en la medida que estemos mejor preparados, mayor será nuestra tranquilidad y la de nuestras familias al saber que todo lo que hemos trabajado y acumulado, podrá ser mejor aprovechado por quienes nos motivaron hacerlo.

Espero sea de utilidad, hasta la próxima…

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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