Sector salud, con déficit de financiamiento

Señalan la urgencia de una reforma fiscal que aumente los ingresos federales y estatales, en la que uno de sus objetivos sea cubrir la insuficiencia de recursos con la que opera el sistema de salud
Economía -
Gráfico: Horacio Sierra
Gráfico: Horacio Sierra

CIUDAD DE MÉXICO.

México gastará 2.7% del PIB (660 mil 660 millones de pesos) en 2021 para financiar a todos los organismos del sector salud, cifra que es inferior al 3.4% del PIB (824 mil 500 mdp) de necesidades de financiamiento que tan sólo tiene el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) para cubrir la atención de enfermedades infecciosas, un paquete básico de tratamientos recomendados por la Organización Mundial de la Salud y gasto en prevención, dijo Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

Con esto, el país no sólo está por debajo de las necesidades de financiamiento para cubrir a la población no derechohabiente de la seguridad social, sino también del estándar de la OCDE, medido a través del gasto promedio que ejercen los países miembros, que es 6.6% del PIB, y también del financiamiento óptimo que recomienda el organismo para los sistemas de salud, que es 6.0% del PIB.

En el panel Sostenibilidad y Financiamiento del Sistema de Salud, organizado por la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), expresó que el país tiene un serio déficit de financiamiento a la salud porque las necesidades de recursos, tan sólo para los no derechohabientes, crecen paulatinamente al punto que en 15 años serán de 4.0% del PIB, mientras que no se ve un panorama alentador acerca de cómo lograr que el gasto público en el sector alcance siquiera esos niveles.

Para cubrir el déficit de financiamiento en la salud, Luis Foncerrada, director de la Facultad de Economía de la Universidad del Mayab, explicó que es necesario que los gobiernos de los tres niveles discutan seriamente una reforma fiscal el próximo año, el cual tenga como eje central incrementar la recaudación para propósitos concretos, y uno de ellos debe ser ampliar la cobertura del sector salud.

Del lado de los gobiernos locales, implementar el cobro en serio de la tenencia vehicular con una verdadera coordinación entre estados para evitar la competencia desleal, además de aprovechar decididamente el alto potencial que existe en el cobro del impuesto predial. Y en el ámbito federal, el margen también es amplio, y se puede revisar el enorme hueco recaudatorio que ocasionan los gastos fiscales, y en particular perder el miedo a debatir la tasa cero en alimentos y medicinas”, dijo Foncerrada.

Sobre este tema, Héctor Villarreal recalcó la necesidad de cuidar el diseño en la recaudación local, de tal forma que no exista “riesgo moral”, en el sentido de que la Federación premie a quienes no se esfuerzan por conseguir recursos propios.

Además, dijo, “es necesario que le perdamos el miedo al cofinanciamiento, es decir, que las personas tengan que pagar por ciertos servicios. Esto será muy necesario para la sostenibilidad financiera del sistema de salud”.

 

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ASPECTOS LEGALES

Sofía Charvel, directora del Programa de Derecho y Salud Pública del ITAM, expresó que además del tema de las fuentes de recursos para financiar la salud, también hace falta adecuar el marco legal y normativo, y eso se ve claramente en la puesta en marcha del Insabi.

Hay muchos aspectos que no están normados en la Ley General de Salud y que las reglas de operación no pueden ni tienen el alcance regular”, indicó la especialista.

 

PARA EL GASTO SOCIAL

La reducción presupuestal que tendrá el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), de 469 a 361 millones de pesos entre 2020 y 2021, hará que cada peso que ejerza el organismo tenga la función de vigilar el equivalente de cinco mil 500 pesos de gasto en desarrollo social, excluyendo el pago de pensiones y jubilaciones.

A partir de datos del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2021, Excélsior obtuvo que esta cifra representa un alza de 26.5 por ciento en términos reales respecto a la carga de vigilancia que tuvo el Coneval este año, que fue de cuatro mil 347 pesos por cada peso gastado en el organismo.

De igual manera, la carga de vigilancia del Coneval en 2021 será la más alta desde 2013, cuando en aquel año cada peso de su presupuesto tuvo la función de monitorear el equivalente de siete mil 416 pesos de gasto en desarrollo social a precios actuales.

El Programa Anual de Evaluación 2020 del Coneval destaca que actualmente el organismo federal está llevando a cabo evaluaciones de diseño a ocho programas sociales en el país, y elaborando fichas de monitoreo a 149 programas presupuestarios del orden federal.

 

AMU

 

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