Logran votación en Silao; GM a exportar; Alcalde-Clouthier a USTR; fue Rogelio: López Obrador

Se abrió un parteaguas en la industria automotriz: votación libre, secreta y directa de los trabajadores para decidir su contrato colectivo y la titularidad del sindicato. El proceso es novedoso por una razón: la representación comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) estará pendiente para asegurar la democracia sindical en cualquier planta mexicana.

La supervisión estadunidense en la vida sindical, y de empresas, es parte del T-MEC, en su capítulo 23, en el que, si EU ve alguna anomalía, puede acudir al mecanismo laboral de respuesta rápida, como sucedió con GM Silao, y pedir nuevas elecciones.

Y si no hay democracia sindical, EU puede imponer aranceles a la planta productiva mexicana para entorpecer sus exportaciones.

La secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, al ver el problemón encima, actuó bien. Para la representación comercial de la Casa Blanca, tener al INE y a la OIT de observadores era vital: ambos tienen credibilidad.

Cuando en Silao GM termine la confirmación de la votación, la Secretaría de Trabajo le dará los resultados a la Secretaría de Economía (Tatiana Clouthier y Luz María de la Mora), y Economía lo verá con la representación comercial de EU.

General Motors no es cualquier empresa. La representación comercial de EU la midió bien: se trata de la principal exportadora automotriz de México.

Desde Silao, General Motors exporta la camioneta pick up Chevrolet Silverado (conocida en México como la Cheyenne), y la GMC Sierra. General Motors, presidida por Francisco Garza, exporta el 90% de su producción en México.

Hace poco anunció una inversión en Ramos Arizpe de 1,000 millones de dólares (planta de pinturas y vehículos eléctricos), y ahora vio que México puede admitir la prueba de democracia sindical que exigirán la USTR y los sindicatos estadunidenses.

FUE ROGELIO, PERO COMPRARÍAN A BANXICO LOS 12,500 MDD

El presidente López Obrador no se queda con nada y, bajo el lema de mi pecho no es bodega, dijo quién le había dado la idea de tomar los 12,500 millones de dólares que vendrán del FMI. Fue Rogelio, es decir el nuevo secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O. Pero la discusión ya pasó a un mejor plano. El propio presidente López Obrador aceptó que deberán comprar los 12,500 millones de dólares al Banco de México, pues estarán en sus reservas internacionales. Y ahí Alejandro Díaz de León, gobernador de Banxico, señaló que el gobierno puede elegir la moneda para hacer la operación, y al pagarle los 12,500 millones de dólares, ese monto sigue entrando al banco central. Entonces, ¿dónde gana el gobierno federal? En una menor tasa de interés, ya que los recursos del FMI son a menor tasa de interés. Ahora sí, parece que todos ganan. Y hasta el Presidente estuvo de acuerdo con el subgobernador Gerardo Esquivel de que disentir se puede en las democracias. ¿Final feliz? Ya veremos.