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CIUDAD DE MÉXICO.- Quizá para la mayoría de nosotros la tecnología ha logrado beneficiar nuestras vidas con la facilidad en el acceso a la información, sin embargo, para algunas personas esto ha representado un duro tropiezo económico.
Durante muchos años los puestos de periódicos y revistas facilitaron el acceso a la información, pero la tecnología provocó un giro de 180 grados.
Dinero en Imagen platicó con un singular vendedor de revistas y periódicos. Su dueño, Alberto Zavala, durante más de 30 años logró sostener su economía con su puesto, desafortunadamente la tecnología ha provocado una severa crisis en su negocio.
El puesto de revistas y periódicos del señor Zavala se encuentra en una de las principales avenidas de la Ciudad de México, sobre avenida Paseo de la Reforma a la altura del Metro Hidalgo. En este punto cientos de personas pasan diariamente al dirigirse a sus empleos, lo que permitió que muchos adquirieran la costumbre de comprar el periódico, la revista, una bebida o hasta un dulce.
Esto sin duda logró favorecer la economía del señor Zavala, al brindarle suficientes ingresos para satisfacer las necesidades de su familia.
Desafortunadamente para esta persona el avance de la tecnología ha sido totalmente negativo, debido a que actualmente le es casi imposible sacar su venta mínima diaria. La razón es que la mayoría de las y los mexicanos ya no tenemos la costumbre de adquirir periódicos y revistas como antes.
Su experiencia le ha permitido conocer los periódicos y revistas que se logran vender en mayor cantidad, por lo que invierte su dinero de manera estratégica para obtener mayores ganancias. Desafortunadamente existen días en que no logra vender casi nada.
Nos compartió que actualmente su negocio se logra sostener únicamente mediante la venta de otros productos, tal como refrescos, dulces o cigarros. Debido a que tiene la posibilidad de elevar ligeramente sus precios al no ser una tienda de abarrotes.
Para el señor Zavala es muy difícil buscar un nuevo trabajo, debido a que gran parte de su vida ha logrado salir adelante mediante este negocio.
Un puesto de periódicos es un punto de interés para las calles y colonias de las ciudades. “Desde el punto de vista inmobiliario, es un nodo donde se ofrece un servicio básico que es la información”, destaca Leonardo Gonzáles, analista Real State de Propiedades.com.
Estos negocios, se integran a una red de logística de distribución de diarios y revistas. Además, aportan un valor fundamental, que es, en términos de un servicio básico, como lo es el derecho a la información.
“La inversión para realizar esto, es una inversión dual, en el sentido de ser calificado en función de la red de diarios y revistas, para poder proveer este servicio, así como una inversión monetaria”, dijo González.
Por supuesto, es necesaria la autorización por parte de los gobiernos locales y las alcaldías. La inversión está vinculada al uso de la vía pública, con el propósito de ofrecer un servicio y vender productos.
“El costo de esta inversión, además de ser intensiva en trámites y autorizaciones, también, tiene un valor monetario, que puede ir de los 50 mil y hasta 150 mil pesos, dependiendo del tipo de instalación.”
Pero no sólo eso, los quioscos y puestos de periódicos, aportan cierto valor a la plusvalía de las casas, calles y colonias.
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De acuerdo con el experto, por ejemplo, la instalación de una cafetería como Starbucks, incrementa entre 15 y 20% la plusvalía de una plaza inmobiliaria.
Para los puestos de periódicos, el porcentaje es menor, sin embargo, resultaría difícil incrementar el valor de la plusvalía en las colonias, si falta un servicio básico.
“Si una plaza no tiene este servicio, en realidad, la plusvalía se ve contenida, podría incluso, decaer.”
Estos nodos comerciales, se ubican en lugares estratégicos, luego de hacer un análisis espacial y de estimación de demanda.
Un puesto de periódicos en una esquina o plaza, es un nodo comercial con un radio de influencia para el flujo de clientes, compuesto por población residente y población flotante.
El análisis de nodo comercial, hace una estimación de demanda y de aforo y de flujo. “Cuando se ve el aforo de flujo por cada nodo comercial, se determina la cantidad de ejemplares, así como la calidad de puesto y quiosco”.
Leonardo González, señala que, la realidad es que vivimos en la era digital, y el acceso a la información es gratuito o muy bajo costo, y ligado al uso de Internet.
“Esto hace que la valuación de la plusvalía, en función del acceso a la información, por los puestos en quiosco, esté vinculada a un hábito de lectura, más bien, en físico.”
Para los millennials, es probable que puedan prescindir de los puestos de periódicos, por preferir leer en digital.
Sin embargo, la plusvalía se puede ver contenida, porque los hogares tradicionales están compuestos de manera mixta.
“En realidad, hay quienes tienen preferencia por la versión digital, y otros por la impresa. Es un balance entre el modelos tradicional y uno digital”.
La historia de los puestos de periódicos está ligada completamente al periodismo, pero este no se entendería sin la gran labor del voceador, aquellas personas que madrugaban para entregar las noticias más importantes de las últimas horas y que Rafael Cardona llamó “los dueños de la mañana”.
Arrancar la jornada en un lugar como la Ciudad de México estuvo ligado por muchos años a los voceadores, aquellos jóvenes, a veces niños, que gritaban los encabezados de la noticia del día.
Fue a principios del siglo XX que surgieron los primeros puestos, o quiscos, dedicados a recabar los distintos periódicos nacionales en lugares transitados.
Los vendedores, entonces, tenían que llamar la atención de los transeúntes para que compraran un periódico. Voceaban la nota y así la “vendían” mejor.
A la par, nació la Unión de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México, en 1923, una organización que lleva en sus principios “contribuir en la oportuna formación cultural, social y política de los mexicanos”, y que está a punto de cumplir 100 años de existencia.
Al principio, los puestos de periódicos eran instalaciones precarias, pero con el paso de los años el oficio reclamó espacios fijos que resguardaran tanto a publicaciones como a vendedores. Además, los tirajes eran más grandes, las publicaciones ya no se limitaban a la noticia diaria, también llegaron las revistas especializadas, de moda, de divulgación, informativas, de ocio, etc. El puesto se convirtió en un santuario de todo tipo de información. Hasta que llegó la tecnología digital y el trabajo impreso empezó a venderse menos.
Para compensar la disminución en ventas de publicaciones escritas, hoy en día los puestos de periódicos pueden albergar muchos otros productos, como lo afirmó el señor Zavala, que los han convertido en misceláneas fijas: comida, bebidas, dulces, cigarros, juguetes. Pero el periodiquero se rehúsa a desaparecer.
Los puestos de periódicos se han modernizado en la Ciudad de México a partir de la segunda década del siglo XXI. Como parte del mejoramiento urbano de la capital, se han renovado un poco más de mil puestos antiguos cada año desde 2017.
Esta renovación está impulsando el acceso a WiFi gratuito en los más de 5,500 puntos de venta de la ciudad, para hacerlos “más atractivos, funcionales y rentables”, de acuerdo con Marco Antonio Reyes, secretario general de Unión de Voceadores.
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Decir que el periodismo ha sufrido una revolución en la última década, que las fuentes de consumo de medios se han modificado, que los periódicos impresos están por desaparecer y que los puestos de periódicos no son rentables es algo común, sin embargo, es un oficio que está más vigente que nunca.
¿México se resiste a emigrar hacia el consumo de medios digitales? No precisamente.
En la actualidad se dice que las plataformas digitales son los preferidas para distribuir contenidos. Han conquistado a las consumidores de tal manera que han modificado sus hábitos de consumo de información.
Según datos proporcionados por Digital News Report 2019 de Reuters Institute de la Universidad de Oxford, 9 de cada 10 mexicanos prefieren informarse de manera digital, principalmetne por redes sociales como Facebook o Twitter y, 4 de cada 10 prefieren medios impresos (periódicos, revistas, etc.)
Sin embargo, los datos que ofrece Digital News Report son apenas una parte representativa, debido a que solo se aplicaron dos mil 500 cuestionarios.
Y sí, siguiendo los datos proporcionados por este estudio, los medios digitales y las redes sociales son las primeras opciones para consumir noticias.
Por otra parte, el más reciente estudio de IAB México relativo al consumo de medios digitales, el 70.8% de la población mexicana cuenta con acceso a internet, es decir, aproximadamente 80 millones de personas navegan en la red. Para levantar el estudio el IAB aplicó mil 200 encuestas.
En tanto, el Padrón Nacional de Medios Impresos reveló que en la Ciudad de México hay 29 periódicos y, en su conjunto, acumulan, diariamente, un tiraje de 3 millones
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Lo que a simple vista parece un fenómeno a contracorriente del creciente consumo de información a través de medios digitales, se explica, porque no todos los mexicanos cuentan con internet para acceder a las noticias online.
Por ello, en México los puestos de periódicos forman parte de un conglomerado de negocios mucho más rentables. El consumo de los medios impresos es un recurso renovable y abundante.
La placentera nostalgia de leer medios impresos subsistirá más tiempo en México porque no todos los mexicanos tienen acceso a las noticias digitales, en la mayor parte del país, sobreviven los puestos de periódicos porque forman parte de una cultura. Gracias a estos negocios todos tenemos acceso a informarnos.
La mayoría de nosotros ha comprado en un puesto de periódicos, no necesariamente un periódico o revista. Tal vez, te has acercado a comprar un dulce o algún otro producto, de los varios que venden en estos establecimientos.
Si lo piensas bien los puestos de periódicos se han adaptado a toda la vorágine que implicó la llegada de formatos digitales. Estos espacios resguardan en formato físico un sin fin de periódicos y revistas para quienes prefieren la experiencia que da el tener un impreso.
Es importante destacar que los puestos de periódicos son un factor que podría o no encarecer la zona en la que se encuentren, ya que representan un servicio a la comunidad.
Así que, pensar que estos negocios desaparecerán pronto, basados sólo en el auge de la tecnología, podría ser arriesgado. Existen un número importante de personas que aún van al “puesto de la esquina” por las mañanas a comprar su diario o revista.
Al final del día, en gustos se rompen géneros y queremos recalcar que el formato impreso aún le agrada a un importante segmento de la población, así como el formato digital.
Por: Mario Alvarez, Javier Báez, Eduardo Rosales, Joana Mayen y Pilar Sánchez
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