¿Invertir en dólares? Te conviene más en Cetes

Durante los últimos meses el peso ha retornado, lento pero seguro hasta sus niveles prepandemia, con un valor de 18.67 pesos por dólar en la segunda semana de enero de 2023. Ante este escenario, diversos análisis sugieren que el superpeso podría estar llegando a su fin y que el tipo de cambio volverá a valores cada vez más cercanos e incluso superiores a los 20 pesos por dólar. En vista de ello, vale la pena preguntarse ¿es hoy un buen momento de invertir en dólares? 

Para responder dicha pregunta, es necesario analizar el contexto de este fenómeno y comparar los rendimientos que ofrecería contra el de otros instrumentos. Para lo primero, se pueden enlistar tres factores principales que explican la apreciación del peso en los últimos meses.

El primer factor es la depreciación del dólar frente a otras de divisas debido a expectativas de un menor ritmo en el alza de las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed), lo que implicaría que los capitales migren a otros países en busca de mayores rendimientos, depreciando así al dólar y apreciando la divisa destino. Se espera que este escenario para las tasas sea el que predomine en 2023 ante la posibilidad de desaceleración económica en las economías avanzadas y menores presiones sobre los precios de energéticos y alimentos. 

El segundo factor es el diferencial de tasas de interés de los valores gubernamentales entre México y Estados Unidos. Este indicador permite comparar los rendimientos al invertir en instrumentos de un país u otro: mientras mayor sea la brecha, más atractivo se vuelve invertir en un país. Este diferencial ha aumentado desde junio de 2021 con el inicio del ciclo alcista del Banco de México (Banxico), y desde abril de 2022 se ha mantenido en niveles cercanos al 6% dada la sincronización en los incrementos de tasas del Banxico y la Fed. Incluso descontando las altas tasas de inflación, los valores gubernamentales mexicanos (Cetes) siguen ofreciendo rendimientos considerablemente más atractivos que los estadunidenses (Fondos Federales).

Esta situación explica, en gran medida, el retorno de los flujos de capital después de casi tres años de que iniciaron su salida del mercado local. 

El tercer factor son las finanzas públicas sanas, las cuales han propiciado una entorno favorable y estable para la llegada de inversión extranjera directa y de cartera. La calificación crediticia de México se mantiene en estable de acuerdo con las principales agencias calificadoras. Por su parte, la recaudación fiscal de 2022 se ubicó en 96.7 por ciento de la meta planteada en la Ley de Ingresos de la Federación. Dicha diferencia se explica por los estímulos fiscales temporales para evitar los altos precios de la gasolina.

Ahora bien, un buen estimador del tipo de cambio esperado por el mercado son los contratos de futuros del dólar negociados en el Mercado Mexicano de Derivados (MexDer). Dichos contratos consisten en que dos partes se comprometen a intercambiar un activo, en este caso el dólar, en una fecha futura establecida y a un precio determinado. En este sentido, considerando las cotizaciones de dichos contratos uno puede estimar el valor que tendrá el tipo de cambio en los próximos meses y con ello calcular el rendimiento que se obtendría al comprar dólares el día de hoy y vendiéndolos en el futuro.

Por ejemplo, el contrato de futuros para el dólar al 15 de enero de 2024 tiene un precio de liquidación de 19.95, de modo que, si compráramos dólares hoy a una cotización de 18.67, tendríamos un rendimiento anual de 6.40 por ciento. Si bien este es un rendimiento atractivo, invertir en bonos gubernamentales supera con creces las ganancias dado que la tasa de Cetes a un año se encuentra en 10.70 por ciento. Dicha superioridad en los rendimientos se mantiene para todos los plazos de Cetes. 

Adicionalmente, una inversión en el dólar implica cierto grado de especulación, mientras que una inversión en Cetes brinda un rendimiento asegurado, dejando de lado cualquier incertidumbre y dejándonos dormir con mucha tranquilidad. 

Por lo tanto, si a usted le inquieta un escenario de posible final del superpeso, nuestro mejor salvador son los supercetes.

Por: Luis Dámazo y Yehoshafat Sereijo

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