Del verbo emprender
Salo Grabinsky14 Dic, 2019
Inventario segunda parte
Seguimos con nuestro análisis del inventario de acciones y programas del primer año del gobierno federal.
Acciones indecisas o peligrosas.
Está claro que el presidente Andrés Manuel López Obrador quiso (y actualmente también) dar el campanazo y demostrar que hay cambios profundos.
Empezó este movimiento el 2 de julio del 2018 y se amplió sustancialmente al tomar posesión. Sus ejes básicos son la lucha contra la corrupción, el dispendio y la política de austeridad. Sus resultados son mixtos, a mi entender.
a.- La corrupción debe haber bajado por los recortes que se hicieron a gastos superfluos y, en otros casos, a la disminución masiva de presupuestos oficiales, usando el hacha y no el bisturí.
Pasó lo mismo con los trámites sobre permisos de construcción, creando estancamiento y desempleo en esta área básica. No hay duda de que los dispendios en secretarías, partidos políticos y sindicatos podían ser absurdos y notorios. Tenemos muchos ejemplos. Y no hablemos de los gobiernos estatales y municipales donde todavía hay mucho por hacer.
Lo malo es que se lastimaron estructuras que, aunque perfectibles y no exentas de desvíos, ejercían un papel importante en la conducción de programas útiles y, sobre todo, funcionales (Seguro Popular, cultura, ciencia y tecnología, estancias infantiles y poca promoción y apoyo a pymes y empresas familiares). Esto afecta a muchas comunidades, causa irritación innecesaria y no aporta nada al desarrollo social.
b.- Dispendio. Con golpes básicos –efectistas pero aún no analizados en sus repercusiones– como la venta de aviones del Poder Ejecutivo, la salida del Presidente y su familia de los Pinos (que espero se vuelva un gran y muy necesario centro cultural), vivir en Palacio Nacional y otras acciones emanadas de las giras semanales y sus conferencias mañaneras que son recibidos con asombro, ansiedad, alegría en bastantes casos de sus partidarios pero con muy pocas formas objetivas de medir su costo-beneficio real.
c.- Austeridad. Nadie sabe a ciencia cierta si las medidas de austeridad lograron quitar la grasa de muchas dependencias o si lo que hiceron fue, en otras ocasiones, llegar a los huesos desequilibrando sus funciones y creando un gran desempleo. De nuevo, no hay datos claros que midan el efecto de esas acciones.
La corrupción no desaparecerá en un corto plazo. Es corrosiva y ni barriendo con súper aspiradoras de arriba abajo o viceversa se limpiará el cochinero de siglos (ni en ningún otro país aunque sea en mucho menor grado). La intención es buena, sin duda, pero los resultados son vagos. Y casi no se habla de la economía informal, fuente de muchos desvíos, ¿o sí?
Parece ser que de los programas asistencialistas en acción los resultados son mixtos y así lo programa el presupuesto aprobado para 2020.
El partido gobernante, Morena y aliados, le cambiaron algunos rubros al ejecutivo, pero es esencialmente lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió al Congreso.
Destaca, aún sin información actualizada que hay programas estancados y sin mucha supervisión (Jóvenes Construyendo el Futuro, por ejemplo) y otros a los que faltaron de entregar recursos. Falta información fidedigna.
Continuará...