Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

30 Jun, 2011

¿Cambia el panorama?

Aparentemente el panorama financiero internacional se aclaró, después de que Grecia con muchísimas dificultades, lograra que su Congreso aprobara las medidas de austeridad y privatizaciones indispensables para que la comunidad financiera internacional, la apoyara en relación al problema de solvencia que ese país tiene; en virtud de su abultada deuda. No cabe duda que el panorama cambió; sin embargo, la pregunta debe ser: ¿por cuánto tiempo?

Todo lo que acabamos de ver en relación a la problemática griega y los logros obtenidos, significa que lo que se compró, fue tiempo para finalmente llegar, en el mediano plazo, a una solución de verdad, la cual sigue presentando muchas dificultades. Lo que hace muy difícil llegar a una solución de fondo es que los gobiernos socialistas de esa nación, lograron con sus medidas populistas, alimentar de aspiraciones a una población mayoritaria que cree que se puede recibir sin dar algo a cambio.

Las medidas populistas del pasado, hacen muy difícil que los beneficiarios de éstas, entiendan que no se puede vivir de prestado siempre y que las cuentas pendientes, algún día se tienen que pagar. Así pues, el futuro de Grecia sigue estando muy cuestionado porque los planes para salir adelante, no tienen apoyo popular. Lo que los griegos no comprenden, es que si no corrigen el rumbo, se van a empobrecer por décadas.

Si Grecia quebrara —es eso lo que buscan los populistas— y se saliera del área del euro, no iba a tener la suerte de Argentina, cuando quebró y reestructuró su deuda castigando a sus acreedores con quitas de hasta 70%, así como a los propios argentinos, al haber confiscado los ahorros que tenían en los fondos de pensiones. Argentina ha tenido la suerte, a pesar de que no ha podido acudir nuevamente a los mercados, de contar con una gran cantidad de recursos naturales, los cuales le dan bienes exportables que han subido enormemente de precio en virtud de los incrementos generalizados, en las materias primas.

Grecia no cuenta con esos recursos naturales y por lo tanto, si no negocia correctamente con los países que le han apoyado (los de la zona del euro), su futuro será muy negativo. A diferencia de Grecia, tenemos un pueblo extraordinariamente endeudado que es Irlanda.

Ellos, en lugar de hacer de su realidad una tragedia, han tomado decisiones valientes que seguramente les van a arrojar grandes beneficios en el corto plazo; al saber que por tener como moneda de uso corriente, el euro, no tienen el beneficio que les daría una devaluación de una divisa propia para equilibrar sus cuentas nacionales. En virtud de lo anterior y con el objeto de lograr mayor competitividad, de forma voluntaria, hubo múltiples sectores que aceptaron ver disminuidos sus sueldos, y con esto, incrementar su competitividad frente al exterior. El futuro de Irlanda se ve bastante bien ya que aquí, sí se han tomado medidas de fondo.

En todo el proceso que viven los países “periféricos” europeos (Grecia, Portugal, Irlanda, Italia, España) encontramos valiosas lecciones para que esta situación no se repita en el futuro.

La conclusión más importante, desde mi punto de vista, es que un país no se debe endeudar por encima de su propia capacidad de pago; y mucho menos, pedir prestado para otorgar beneficios sociales que no son sostenibles a largo plazo. También es importante educar a la población, para que tomen conciencia de que los gobiernos, al igual que las empresas y las familias, tarde que temprano, tendrán que pagar sus deudas.