Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

25 Ago, 2011

¿Vamos a una recesión?

Las opiniones se dividen entre aquellos que piensan que Estados Unidos va hacia una nueva recesión y quienes pronostican que lo anterior no va a suceder; que simplemente estamos ante un escenario donde la economía de ese país crecerá poco durante los próximos años.

Ambas posturas tendrían consecuencias muy distintas en los mercados, por ejemplo: si se confirmara una nueva recesión sufrirían los activos de riesgo, en lo general, y en lo particular las Bolsas todavía podrían declinar entre 15 y 20% sobre los niveles actuales; las tasas de interés permanecerían bajas durante un periodo prolongado, y las monedas, sobre todo al principio, tenderían a devaluarse ligeramente con respecto al dólar, ya que paradójicamente esta moneda se sigue viendo como la más segura en el mundo. El porcentaje de probabilidad que se le asigna a este escenario, con los datos económicos que se tienen al día de hoy, es de alrededor de 30 por ciento.

La perspectiva distinta, que sería aquella donde EU creciera entre 1.5 y 2% en los próximos dos años, vendría acompañada de un ligero impulso a las Bolsas de valores del mundo, en su mayoría, hacia un ligero incremento en las tasas de interés de mediano y de largo plazo, provocando una revaluación moderada a los niveles de hace seis semanas, de las principales monedas con respecto al dólar. El panorama negativo, es necesario acotarlo porque en el eventual caso de que se diera esta segunda recesión, de ninguna manera sería tan profunda y tan destructiva como la de 2008-2009. Hay que recordar que la caída económica de hace tres años fue enorme, tan sólo en EU se perdieron más de ocho millones de empleos y quebró su sistema financiero; si se presentara un nuevo revés, de ninguna manera sería tan grave y profundo como el que recientemente experimentamos.

Lo que se podría esperar para México, dentro de un terreno pesimista, traería como consecuencia que el año entrante en lugar de tener un crecimiento moderado, como es el que estamos proyectando, éste se podría convertir en un decrecimiento de entre uno y dos por ciento.

Por supuesto, el efecto sobre la Bolsa Mexicana de Valores sería importante, y el índice podría romper los 30 mil puntos hacia abajo, las tasas de interés se mantendrían en los niveles actuales y el peso con respecto al dólar podría tener un desliz negativo de 10 por ciento. En la situación más probable, que es el del crecimiento lento de nuestros vecinos, la Bolsa buscaría recuperarse alrededor de 10%, las tasas de interés mantenerse iguales y nuestra moneda empezaría a buscar los niveles de 12 pesos por dólar. Ante la incertidumbre, el corto plazo se ve muy complicado para los mercados; sin embargo, en cualquiera de las situaciones mencionadas y con una expectativa de un par de años de plazo, las acciones se perciben como el activo más barato, y por ende, los rendimientos hacia adelante pueden ser muy importantes. Dicho de otra manera, para aquellos inversionistas con experiencia, con liquidez y con una visión y capacidad financiera para mantener inversiones a largo plazo, lo que hoy estamos viendo en las Bolsas del mundo representa muchas oportunidades.

El cambio en la perspectiva económica que se ha vivido en las últimas seis semanas es producto de la impaciencia de inversionistas que pensaban que la salida de la crisis 2008-2009 iba a ser muy parecida a la de las últimas crisis; pero como ya mencioné, lo que vivimos hace tres años sólo se compara con la gran depresión en los años 30 del siglo pasado. En virtud de lo anterior, hay que tener patrimonios diversificados y, sobre todo, no perder la paciencia.

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