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CIUDAD DE MÉXICO, 4 de agosto.-Los bonos de deuda son papeles con valor económico que emiten y colocan los gobiernos (federal, estatal y municipal) o los corporativos en los mercados financieros nacionales e internacionales para obtener dinero prestado a cambio del pago de una tasa de interés que atrae a inversionistas.
Estas colocaciones se realizan a través de varios instrumentos o valores y a diferentes plazos, como son, en el caso de México, los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes), los cuales se emiten a 29, 91 y 175 días. A mayor plazo, mayor es el rendimiento que se paga.
Sin embargo, también existen los bonos de deuda soberana a plazos más largos, pues los hay a cinco, 10, 20, 30 y hasta 100 años, y se emiten tanto en pesos como en dólares, e incluso en otras divisas, y por los que se paga una tasa de interés asociada al riesgo país.
Mientras más alto es el riesgo país, el cual se mide por la salud de sus finanzas públicas, así como por el nivel de su deuda como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), la tasa de interés que pagará el emisor de bonos a los inversionistas que los adquieran será mayor, como sucede actualmente con algunos países europeos.
Por el contrario, mientras más bajo es el riesgo de un país, porque las variables fundamentales de su economía están sanas y el nivel de su deuda es relativamente bajo con relación al valor del PIB, la tasa de interés que paga un gobierno emisor de bonos es menor.
Por ejemplo, España e Italia, países cuyas deudas son superiores al PIB, emiten bonos en euros a 10 años que pagan tasas de interés promedio de 6.5 por ciento, mientras que México, cuya deuda total equivale casi 40 por ciento del PIB, emite bonos en dólares a 10 años que pagan 2.6 por ciento.
