Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

29 Oct, 2012

Vemos desaceleración en mercados económicos clave para México, y algunos se expanden

La desaceleración económica está sacudiendo a varios sectores productivos clave, como son las manufactureras, especialmente las automotrices, y el contagio de esa desaceleración mundial se está sintiendo también en México, si bien, todavía en menor grado.

Recordemos que hace pocos meses México recibió las primeras señales negativas, cuando Estados Unidos, Argentina y Brasil dieron indicios de que las proyecciones de compra previamente comunicadas a las armadoras mexicanas no se iban a cumplir en su totalidad. Y ahora las estadísticas de producción al mes de septiembre empiezan a mostrar más claramente esa tendencia.

Entre junio y septiembre se desplomó la producción automotriz en México en forma significativa y desde septiembre se mueve con signos negativos respecto del pasado reciente. Una parte importante de esa pérdida de dinamismo es atribuible a la disminución de las exportaciones a Estados Unidos y, especialmente, hacia Europa.

En dicho continente de ultramar, las cosas se ven especialmente mal para todos. La Ford anunció que dejará de hacer camionetas en Gran Bretaña el próximo año y eliminará mil 400 empleos, que se suman a los cuatro mil 300 que ya cortó en Bélgica por disminución de automóviles.

Dicho anuncio fue el cuarto en lo que va de 2012, que incluye el del cierre de su fábrica en ese país, después de 48 años en operación. Y está ahora programado el cierre de otra planta en el Reino Unido, que implicará la pérdida de miles de empleos adicionales.

Lo que se aprecia es que las empresas estadunidenses, Ford y General Motors, están viéndose obligadas, por esta recesión, a adecuar sus programas de oferta a las pérdidas de mercado sufridas en los últimos años. Con respecto al sector manufacturero en general, la economía mundial va claramente en picada hacia una recesión en Europa, mientras que en Estados Unidos parece que será sólo una importante desaceleración, si bien no están claras entre los expertos su profundidad o duración.

Pero lo que sí preocupa es que no dejará de afectar esa tendencia a nuestro país, si no somos capaces de activar el mercado interno con mayor agilidad.

Esa tendencia afectará proporcionalmente más a México que a los demás latinoamericanos, por nuestra excesiva dependencia del mercado estadunidense.

Se reflejará también en la Inversión Extranjera Directa (IED) porque, no obstante su crecimiento de 8% en América Latina en 2012, para nuestro país, registrará una disminución de 19% respecto del año pasado, bajándonos a la tercera posición como receptor de IED en nuestro continente, después de Brasil y Chile.

Por otra parte, hay un amplio margen de acción en el mercado de bienes alimenticios, como es la producción de granos, ya que se pueden sustituir bienes que actualmente importamos y a precios especialmente altos. Para ello, se requiere restablecer las redes productivas que existían en el pasado y volver a generar el aprendizaje necesario.

En ello podría ser especialmente útil el restablecimiento de nuestra banca de desarrollo en el sector agropecuario para apoyar con asistencia técnica a nuestra gente del campo.

Finalmente, no debe ser difícil lograr una verdadera diversificación de relación económica con otros países y redes productivas de otras regiones, especialmente en Asia, una región hoy caída, en parte, pero con inmensas potencialidades, como son los casos de China e India.

Presidente del Colegio Nacional de Economistas, Federación de Colegios de Economistas, A. C.
@acanovelez