Ser el líder de una orquesta: dirigir con armonía organizacional

Tomar la batuta es el acto que distingue al miembro de una orquesta como su líder, es quien lleva el ritmo, coordina a los músicos, corrige la ejecución, es conocedor de las técnicas y es responsable de la interpretación de un equipo. Un director de orquesta es el gran organizador de una obra de arte y es el ejemplo mismo de lo que se puede hacer en una empresa.

Itay Talgam, quien además de ser un reconocido director de orquesta es consultor de negocios, la metáfora de mirar una organización o una empresa como una orquesta le ha traído muy buenos resultados. Durante su conferencia en el World Leadership Forum en México, Talgam destacó cómo es que un grupo de músicos se distinguen por su interpretación, es decir, por la manera en que ellos pueden hacer algo que quizá muchas compañías más estén haciendo, pero con un sello de distinción único.

En entrevista con Dinero en Imagen, el director israelí destacó sus inicios en la música como alumno del gran director Leonard Bernstein. “El tenía una clase de comunicación muy profunda y emocional con los demás. Cuando yo era un joven director solía imitarlo y hacer todo lo que él hacía, pero no funcionó. Me llevó muchos años saber que sí quería encontrar una comunicación real debería encontrar la forma de hacerlo por mí mismo” destacó. Asegura que para aprender a ser un gran líder, hay que encontrar una voz propia.

Para Talgam, hay una serie de pasos para encontrar tu propia voz como líder:

1. A veces tienes que encontrar tiempo para pensarlo de nuevo. A veces nos encontramos tan llenos de ruido al exterior que hay que transformar en escándalo en un gran sonido.

2. Darte cuenta que las cosas alrededor no son como deberían de ser. Si estás estudiando algo y estás estresado y sin disfrutarlo, tienes que encontrar a alguien que sea tu mentor y discutir las cosas con él.

3. Encontrar personas con experiencia con las que te puedas abrir para encontrar buenos modelos de los que puedas aprender y otros que puedas evitar. No necesariamente todas las cosas que los demás digan que son buenas son buenas para ti.

4. El talento no lo es todo. “Yo solía pensar que el talento era todo, especialmente en las artes, pero no todo es eso: es conocimiento y capacidad de comunicar y de innovar” reflexionó.

La importancia del público

Una orquesta se prepara, afina sus instrumentos y coloca las partituras en su lugar para comenzar con el concierto.  El director sale, toma la batuta y se dispone a dirigir al gran equipo que tiene por delante... pero no hay público; la sala se encuentra vacía y nadie escuchará la interpretación.

¿Qué sucede si una organización se queda sin público o sin las personas que necesitan de ellos? Simplemente no vale para nada todo el esfuerzo puesto antes. Por ello, asegura Talgam, la comunicación tanto en el interior de una organización como al exterior de ella es vital para su supervivencia.

Cuando se habla de dirigir una orquesta, e incluso cuando sólo se sea un pianista en el escenario hay que aprender el valor de la comunicación con todas las personas. “No significa que tengas que dar todo un show, pero es importante ser accesible con los demás, especialmente si eres un líder para varias personas. El talento es necesario y el conocimiento también... no tienes que saberlo todo, pero sí tienes que saber hablar con todo el mundo y eso no es nada fácil” aseguró.

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Itay Talgam. Foto: Getty.

Las características de un buen líder

Cuando se habla de liderazgo, sin duda hay rasgos que definen a los personajes memorables de los simples directores. “La característica que comparten todos los grandes directores que yo conozco es estar absolutamente comprometidos con lo que hacen para tener un buen resultado”.

En suma, combinar comunicación, compromiso y respeto son grandes cualidades que resignifican la definición de liderazgo. “Al final, cada quien es su propio líder” señala Itay Talgam al pensar que siempre se empieza con uno mismo.

Y es que no cabe duda que los mejores líderes no son los que dominan a las personas, sino las que logran un control de las situaciones y los procesos que se llevan a cabo para dar resultados. La figura de líder puede resultar agresiva para muchos, porque lleva consigo la idea de autoritarismo y control; pero una de las enseñanzas de un director de orquesta como la cabeza de un grupo de artistas, es simple: hacer que las cosas sucedan.

“Muchas personas dicen que lideran su empresa como un director de orquesta, pero mi humilde contribución para ellos es brindar un tipo de perspectiva interna y después combinarla con la visión y estilo de distintos directores y ver lo qué puedes aprender de ello” señaló al finalizar la entrevista.

Se trata de comunicar con palabras o con música, pero la labor de un líder es obtener una buena comunicación con el público. Ya sea musicalidad o resultados en números, la labor de un buen líder es crear armonía y eso puede suceder al interpretar una sinfonía o en el día a día al interior de una empresa.

“Alguna vez alguien me llamo 'el director del público en negocios' y creo que tenía razón” fue la frase como Itay Talgam se despidió de su público en México. 

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