Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

24 Jun, 2013

Monstruos

El pasado viernes fue lanzado el tráiler promocional de Jobs, película independiente en la que el actor Ashton Kutcher hace lo humanamente posible –dada su limitada capacidad– para imitar los archiconocidos gestos del fundador de Apple. Todo indica que el parecido físico no basta.

La cinta difirió su fecha de estreno de abril pasado al próximo 16 de agosto, y ésta no es la única dificultad que ha debido afrontar. Sin haberla visto en el pasado festival de Sundance, Steve Wozniak —el otro cofundador de Apple— la descalificó, llamándola "horrible y atroz" y refiriendo que una primera escena develada en internet hacía alusión a una confrontación con Jobs que nunca ocurrió, con un tipo de interacción que jamás habría existido entre ambos amigos.

Sin embargo, ese mismo día se estrenó en Estados Unidos y México una cinta que, sin ser biográfica, es capaz de reflejar con mayor fidelidad la relación entre los dos Steves que cambiaron el curso del mundo. Se trata de Monsters University, la más reciente obra de Pixar, la otra gran empresa fundada por Jobs y que hoy es pilar de Disney.

Relanzar 12 años después la franquicia de Monsters Inc. (2001) era un enorme desafío para Pixar, sobre todo porque la primera historia tuvo un final redondo con poco margen a una continuación. Aunque la comunidad cinematográfica amó aquella producción por su impresionante despliegue de animación computarizada —con millones de pelos diseñados uno a uno para el personaje principal—, lo que realmente la hizo una gran película fue introducir de manera inteligente y sutil en la mente infantil problemas contemporáneos tan complejos como el secuestro de niños y la crisis derivada de la escasez de energía.

De hecho, la primera idea de una secuela surgió en 2005, pero formó parte de la pelea que dio Michael Eisner, entonces CEO de Disney, para apoderarse de los personajes creados por Pixar. Así, mediante un estudio paralelo llamado Circle 7 Animation, Eisner contrató a los guionistas Bob Hilgenberg y Rob Muir para escribir una continuación en la que los personajes principales, los monstruos James P. Sullivan (Sulley) y Mike Wazowski, intentan regresar a la casa de la niña Boo para darle un regalo de cumpleaños; sin embargo, ella se mudó de casa y los amigos quedan atrapados en el mundo humano. Para fortuna de todos, Eisner fue relevado, Pixar llegó a un acuerdo con Disney y el proyecto Monsters Inc. 2: Lost in Scaradise fue cancelado.

Más acorde con el espíritu sorprendedor e innovador que distingue a Pixar, se decidió que la nueva película fuera una precuela que explicara cómo surgió la relación entre los dos amigos en sus años de academia. No le echaré a perder la cinta a quien no la ha visto adelantando partes de la trama ni de su sorpresivo final. Sólo diré que los personajes centrales están imbuidos de la mística y la energía de dos Steves encandilados en su juventud por la entonces incipiente industria tecnológica.

Aunque la comparación es en estricto sentido inexacta (pues ambos no compartieron el mismo centro de estudios y tampoco son de la misma edad), mucho de la arrogancia, irreverencia e indisciplina del Jobs en su época estudiantil —en los colegios Homestead y Reed de California— está reflejado en el papel de Sulley. De la misma forma, la pasión por la tecnología y conducta típica de niño aplicado del Wozniak que cursó en Berkeley quedaron plasmadas en la personalidad de Mike (cuya vocación por asustar, por cierto, surgió de niño durante una visita escolar a Monsters Inc., de la misma forma en que Jobs conoció en su adolescencia las instalaciones de Hewlett Packard).

La puerta de entrada al campus de Monsters University pretende asemejarse a la de Harvard, aunque recuerda también a la de la sede de los propios Estudios Pixar. Y al final, la moraleja es que el éxito no necesariamente pasa por una ceremonia de graduación. Pero basta: quien vea la película y conozca la historia de Apple y Pixar, con seguridad encontrará otras analogías.

En una de las escenas finales de Monsters Inc., cuando Sulley felicita a Mike después de arrancarle a un niño sonoras carcajadas (convertidas en una nueva y más poderosa fuente de energía), se ve al fondo un letrero que reza "Think funny", obvia alusión al "Think Different" de Steve Jobs. Casi una década después, los sustos aún dan gusto.

marco.gonsen@gimm.com.mx