El paraíso fiscal de la burocracia

El más grave defecto del sistema tributario mexicano es que se parece a un queso gruyere, con enormes agujeros donde es posible evadir, eludir o simplemente no pagar impuestos.

La población en general se beneficia de exenciones como las del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en alimentos y medicinas; los asalariados, de la exención hasta cinco salarios mínimos; los habitantes de la zona fronteriza, de la tasa preferencial en IVA; los campesinos y los transportistas, de la tasa preferencial en Impuesto Sobre la Renta (ISR) y así una larga lista de “privilegiados fiscales.”

Pero sin duda el más injusto y ofensivo de los regímenes fiscales especiales de los que está lleno el sistema tributario es el que permite que los burócratas federales y estatales no paguen el Impuesto Sobre la Renta.

En efecto, quienes trabajan en el gobierno reciben su salario íntegro, sin deducciones de impuestos, mientras el resto de los asalariados son causantes cautivos a los que sus patrones les retienen el impuesto.

Algunas estimaciones indican que esa exención a favor de los burócratas le costó al fisco algo así como 13 mil millones de pesos en los últimos cuatro años de la presidencia de Felipe Calderón.

Los burócratas, trabajadores de oficina, médicos que trabajan en las instituciones públicas de salud y maestros, desde hace muchos años dejaron de pagar el ISR gracias a negociaciones hechas por sus sindicatos con el gobierno.

Pero fue precisamente Felipe Calderón Hinojosa quien “legalizó” ese estatus vía un Decreto Presidencial de diciembre de 2008 en el que se exenta del pago del ISR a los trabajadores que son empleados del gobierno federal y de estados y municipios.

Desde hace muchísimos años los estados y municipios no enteraban a Hacienda los impuestos que retenían a sus trabajadores y luego se modernizaron y simplemente dejaron de cobrárselos,  como una estrategia para convertir a los burócratas en electores a su favor.

En lo que va de este año, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) se ha aparecido en los estados exigiendo el pago del ISR de los burócratas estatales y municipales con el argumento de que el Decreto de Calderón de 2008 sólo beneficia a los burócratas federales y a no a los estados y municipios.

Sin embargo, esos dineros no existen y parece que la única forma es que el SAT acuse a cada uno de los burócratas estatales y municipales de evasión fiscal y les exija el pago del ISR, lo cual no sucederá nunca.

La historia del Decreto calderonista indica que en diciembre de 2007 el Congreso de la Unión autorizó al Ejecutivo a “diseñar un programa para regular el pago del ISR de la burocracia”.

En respuesta a ello, Calderón emite su decreto de diciembre de 2008 y condona todos los adeudos fiscales de la burocracia correspondientes a 2005 y anteriores; otorga una estímulo fiscal, que es una condonación disfrazada, por 60% del ISR de 2009, 30% del ISR de 2010 y 10% para 2011. Además, hace una condonación adicional sobre los adeudos fiscales de 2006 a 2008 cuando se regularicen los ejercicios de 2009 a 2011.

Es decir, perdonó todo.

Para 2013, ya en este gobierno, la Ley de Ingresos establece que se prorrogan los beneficios concedidos por el decreto de Calderón, lo cual quiere decir que este gobierno ratificó que los burócratas no paguen el ISR.

Esta prerrogativa de los burócratas para no pagar el ISR se ha extendido en todos los rincones de las administraciones públicas y establece claramente dos tipos de ciudadano: los burócratas que no pagan el ISR y el trabajador común y corriente al que le retienen ese impuesto para, con esos recursos, pagar el salario de los burócratas.

Lo primero que se debe exigir a la reforma fiscal que enviará el presidente Enrique Peña Nieto a la Cámara de Diputados en unos días más es que elimine de golpe esos regímenes especiales de privilegio, donde el ciudadano común y corriente tiene que pagar sus impuestos tal cual, mientras que los burócratas tienen el “permiso” o han “conquistado” vía negociaciones sindicales el derecho de no pagar impuestos.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.