Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

31 Mar, 2014

De negociaciones internacionales y productividad mexicana

En la Consejería que usted pudo leer el viernes pasado, escribí sobre lo que estaba ocurriendo en los mercados emergentes después del inicio del año que fue terrible, como usted seguramente recuerda. Apunté que, en mi impresión, las tensiones surgidas por el conflicto entre Rusia y Ucrania tendían a disminuir y que, aunque viésemos de rato en rato la aparición de posturas duras y hasta agresivas, seguidas por episodios de cierta conciliación, esto no sería más que la expresión de las negociaciones entre Rusia y los países del G-7, encabezados por Estados Unidos, en busca de cierta “normalidad” global, que al fin y al cabo es lo que a todos más conviene.

Con este antecedente, los mercados emergentes (medidos por el ETF con clave EEM, que he mencionado en varias ocasiones en los meses recientes como un buen vehículo de seguimiento) siguieron subiendo, lo que implica que del punto mínimo alcanzado el 3 de febrero pasado por el EEM en 37.05 dólares, al llegar a 40.74 al cerrar la semana pasada, arroja un rendimiento de casi 10% en este periodo, aunque en el año aún presenta una pérdida de 2.5 por ciento.

Ayer domingo —y de hecho desde el sábado— aparecieron señales de nuevos intentos de encontrar alguna forma para distender el conflicto de Rusia con todos los demás. Por lo que se lee en la prensa internacional, a partir de un contacto telefónico entre el presidente ruso y el estadunidense, se pactó una reunión en París de los responsables de las relaciones exteriores de ambos países para ayer domingo.

Al momento de escribir esta columna, no conozco información que indique el resultado de tal encuentro pero, sin esperar que de manera inmediata se encuentren soluciones mágicas, me parece que efectivamente se está buscando alguna vía de solución a través de negociaciones políticas para el conflicto planteado y que en su inicio se calificó como la peor crisis entre potencias, desde el fin de la llamada Guerra Fría.

Por lo pronto, el alza que los mercados emergentes han tenido sugiere que en el futuro próximo puedan presentar alguna baja  que pudiera “estorbar” al alza del IPC mexicano, que durante la semana pasada tuvo un desempeño básicamente lateral, que me atrevo a calificar como un movimiento de consolidación, bastante clásico, técnicamente hablando. De tal modo, la idea es que concluya el movimiento y continúe con el alza.

Me gustaría que la consolidación se extendiera por algunos días más (dos o tres), para quitarle fragilidad a la trayectoria alcista, que tendría entonces una pendiente más sostenible, por lo que si el Índice de Precios y Cotizaciones se mantiene en alrededor de 40 mil puntos, incluso en algo menos, por algunos días, no me preocuparía demasiado, salvo señal en contrario, de la que estaré pendiente. Si todo se resolviese de manera positiva, no  me extrañaría ver el mercado mexicano acercarse a la zona de 42 mil 500/ 43 mil puntos, que es el nivel que no pudo superar en el alza de noviembre–diciembre del año pasado. No estaría mal, para iniciar el segundo trimestre.

En otro aspecto de la economía mexicana, el INEGI presentó el viernes pasado los índices de productividad laboral y del costo unitario de la mano de obra. El Índice Global de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE), que se publicará trimestralmente, ofrece información sobre tan importante aspecto del desempeño económico. Con frecuencia escuchamos sobre la poca competitividad de la economía mexicana en su conjunto (hay sectores muy competitivos) dada la baja productividad, de tal modo que todos los esfuerzos que se hagan para mejorar en este aspecto son bienvenidos, incluida la publicación de información sobre estas cuestiones.

El IGPLE  reporta resultados en los tres grupos básicos en que se divide la actividad económica (al estilo del IGAE) y se complementa con indicadores del costo unitario de la mano de obra. A reserva de profundizar en los datos, debo decir que el índice está calculado desde 2005 y la base es 2008=100. De 2005 a 2013, la productividad ha crecido 0.6% anual en promedio y desde 2010, cuando el crecimiento fue de 4% en el año, en los tres años siguientes ha descendido: 1.75% en 2011, 0.6% en 2012 y 0.8% en 2013. Los números hablan por sí mismos. Suerte.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube