BMV: otro año con las manos vacías

Los inversionistas, que han sido leales al mercado mexicano, se han llevado decepciones en todos los sectores que en algún momento prometieron ser altamente rentables
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Foto:Cuartoscuro
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CIUDAD DE MÉXICO.- Termina 2014, el segundo año del sexenio que prometía ser el que detonaría una nueva era política y económica para México, donde los inversionistas miraban la gran oportunidad de aprovechar lo que parecía ser la economía emergente más atractiva en tiempos de desajustes en Europa y estancamiento en países desarrollados como Estados Unidos.

La creación del Pacto por México en diciembre de 2012 se convirtió en la base para la conjugación de grandes reformas que echarían adelante al país y que atraerían grandes montos de inversión extranjera.

El desarrollo de vivienda, la apertura del sector energético, la inversión en infraestructura y el impulso al sector de telecomunicaciones eran las cartas claves del país para que los inversionistas se frotaran las manos e hicieran sus estrategias.

Sin embargo, desde entonces, los resultados han sido muy distintos a los esperados.

Los inversionistas, que han sido leales 'como soldados, hasta la muerte' al mercado mexicano, se han llevado decepciones en todos los sectores que en algún momento prometieron ser altamente rentables.

Prueba de ello es el pobre desempeño de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), la cual, de enero de 2013 a la fecha, registra una caída de 13.7 por ciento en dólares y de 2.8 por ciento en pesos, marcando una gran diferencia con el desempeño del índice Standard & Poor’s 500 de Estados Unidos que en el mismo lapso de tiempo acumula un rendimiento de 44.5 por ciento.

Cimientos débiles

¿Qué ha pasado? La debacle del mercado mexicano inició muy temprano en el sexenio. En 2013, el sector de la construcción se vino abajo con la quiebra de las tres empresas desarrolladoras de vivienda que cotizaban en el Índice de Precios y Cotizaciones: GEO, Urbi y Homex.

El cambio en la política de vivienda del Ejecutivo restringió la liquidez y derrumbó el valor de los activos de estas compañías, llevando su cotización a caer 89, 80 y 88 por ciento respectivamente, hasta ser suspendidas por la BMV.

Más tarde, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) se encargó de endurecer las condiciones financieras globales, cuando en ese entonces su presidente Ben Bernanke anunció el inicio del programa para empezar a reducir los estímulos monetarios, y con ello, se elevaron las tasas de largo plazo y se restringió el acceso al crédito productivo, en especial al desarrollo de infraestructura.

Pero no sólo eso, la inversión en ese sector se vio frenada ante la lenta ejecución del gasto y la incertidumbre que causaron las negociaciones de las reformas estructurales, en especial la Reforma Energética. Fue así que la BMV cerraba el año pasado perdiendo 2.24 por ciento, una caída aceptable si era, como se pensaba, el costo que había que pagar para gozar del verdadero despegue.

Limitan despegue

Así fue como llegó 2014. Pasada la pesadilla de la construcción, este nuevo año se erigía como la base para que las reformas surtieran efecto. Pero desde los primeros meses, la Reforma Fiscal, impulsada para reducir la dependencia petrolera de las finanzas públicas, fue el primer obstáculo para que los mercados mexicanos levantasen el vuelo.  El incremento en los impuestos y la creación de otros nuevos elevaron los precios de la mayoría de los de bienes de consumo, las ventas de las emisoras correspondientes a ese sector.

Junto a la debacle del consumo, el 7 de marzo el sector de las telecomunicaciones se sacudía ante los fallos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el cual declaró a la empresa América Móvil preponderante en su sector, situación que minaba cualquier posibilidad de incursionar en la televisión y además, la hacía blanco de medidas regulatorias para mejorar la competencia en su mercado,  lo que llevó a la cotización de América Móvil a perder hasta 18.8 por ciento de su valor.

Ajustes

A medio año, en mayo, se informó del desempeño del Producto Interno Bruto (PIB) de México, para el primer trimestre del año, con un decepcionante avance anual de 1.9 por ciento.

De hecho, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que hasta ese momento había sostenido su pronóstico de crecimiento para todo el año en 3.9 por ciento, en términos anuales, se vio en la necesidad de rebajarlo a 2.7 por ciento.

Pero el IPC sería ayudado pocos días después por Banco de México (Banxico) que sorprendió a todos con un recorte de tasas de 50 puntos base, de 3.5 a tres por ciento, argumentando “una ampliación en el grado de holgura de la economía”.

Responde con ganancias

Ese movimiento lideró un rally en el IPC, donde también estuvo invitada América Móvil tras anunciar un plan específico para mantenerse al margen de la preponderancia del sector.

La empresa Televisa, por su parte, pese a haber sido declarada preponderante en televisión abierta, encontró la forma de expandirse en televisión de paga, telefonía e internet, donde más tarde comenzaría a competir a través de Izzi llevando su cotización a subir 44 por ciento en sólo dos años. Ambas compañías llevaron al IPC a su máximo histórico el 8 de septiembre, alcanzado un valor de 46 mil 357 puntos.

El rally también fue patrocinado por las noticias que rodeaban a la Reforma Energética. Pemex acaparó la atención de los inversionistas al recibir 83 por ciento de las reservas petroleras probadas y probables, alrededor de 20 mil 590 millones de barriles, así como 22 mil 126 millones de barriles por recursos prospectivos.

La Ronda Cero, que concluyó el 13 de agosto, también obligó a Pemex a migrar a sus contratistas a socios, misma que se tenía estimado que produjera inversiones en el país de 44 mil 160 millones de dólares en 2014 y el próximo año.

Impulso

Fue así como el tercer trimestre del año, con el consumo aún estancado, comenzó a tener como protagonista al sector energético. Alfa, la empresa que se esperaba fuera la gran beneficiaria de la Reforma Energética gracias a las Rondas Cero y Uno de Pemex, ayudó al IPC durante octubre, pese a que ya se respiraba un ambiente de nerviosismo ante la terminación del programa de expansión monetaria en Estados Unidos. IEnova fue la otra gran protagonista, gracias a su desarrollo en la industria de gas y electricidad donde sostiene proyectos de generación de energía y construcción de gasoductos, siendo una de las que más rendimiento han otorgado a sus inversionistas en estos últimos dos años dentro del IPC con un alza de 51 por ciento.

Desplome de petroprecios

Pero la alegría no duró mucho. Octubre se convirtió en un desastre para los precios del petróleo. Sólo en octubre la mezcla mexicana cayó 12 por ciento, y las alarmas comenzaron a encenderse ante el precio del dictamen de la Ley de Ingresos que fue fijado en 79 dólares por barril.

Para diciembre, el precio de la mezcla se ha caído 47 por ciento desde la entrega de los criterios de política económica, esto es casi la mitad, y se encuentra 38 por ciento, cifra por debajo del precio fijado en el dictamen. La trágica caída en el precio del petróleo ha depreciado el peso a su peor nivel desde 2009, al mismo tiempo que tuvo su efecto colateral en el mercado accionario mexicano, cuando la la Bolsa Mexicana de Valores a mínimos de siete meses.

Con ello, las empresas más afectadas fueron: Alfa y su subsidiaria Alpek, las grandes favoritas para concursar en los proyectos de la Reforma Energética, pero también la infraestructura ha sido castigada: ICA y OHL han caído 25 y 27 por ciento, de noviembre a la fecha, respectivamente, y es que los proyectos de infraestructura no sólo energéticos, sino regionales, posiblemente tengan complicaciones para llevarse a cabo, debido a que las participaciones que reciban los gobiernos locales serán menores el próximo año.

Riesgos colaterales

Aun cuando los ingresos petroleros estén cubiertos con opciones, los ingresos por coberturas no son participables para los estados. En este sentido, sería prudente también advertir al sector bancario, pues en entidades con alta deuda, aquella respaldada con participaciones (la gran mayoría) también tendrá dificultades para ser pagada.

Los inversionistas han sido fieles, han vuelto en cada oportunidad que se ha asomado, a cada sector que ha prometido, pero en dos años, la BMV ha quedado a deber. Ahora, el futuro no es tan prometedor, con Estados Unidos fortaleciéndose, los capitales exigirán más rendimiento para seguir asumiendo el riesgo de invertir en México, y el temor es que la melodía del mercado mantenga el tono que ha prevalecido los primeros años de sexenio, en palabras de James Blunt que “days like these lead to nights like these”; (“días como éstos llevan a noches como éstas”).

* Analistas de llamadinero.com

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