Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

8 Jul, 2015

MP3

Exponente del folk, género que rara vez se cuela a las listas de popularidad, la cantautora Suzanne Vega sorprendió en la primavera de 1987 con el éxito de Luka, historia de un niño víctima de violencia doméstica. Incluida como segundo corte del álbum Solitude Standing, llegó al tercer lugar del hit parade estadunidense en julio de ese año y tenía todo para ser el one hit wonder por el cual sería recordada la intérprete californiana. Pero no fue así.

Como apunte personal confieso que de joven compré aquel LP, cuyo lado A iniciaba con Tom’s Diner, una pieza de dos minutos interpretada a cappella que narraba una escena cotidiana en el interior de un restaurante neoyorquino. No parecía entonces que aquellas estrofas tuvieran el potencial de convertirse en el éxito masivo logrado en 1990 por el dueto de música electrónica DNA, que ese año las combinó con un fragmento de Keep on Movin’, de Soul II Soul. La mezcla sonó con fuerza en clubes y antros de todo el mundo y en Estados Unidos llegó al número 5 en el Hot 100 de Billboard.

Quién sabe qué tendrá la tonada de Tom’s Diner que hasta la fecha sigue seduciendo a músicos: este año fue retomada por la banda Fall Out Boy en su rola Centuries y hace un mes salió un cover a cargo del tecladista Giorgio Moroder, con Britney Spears en la voz. Pero la verdadera trascendencia de esa canción es haber servido a Karlheinz Brandenburg, ingeniero alemán que desde finales de los años 70 se abocó al desarrollo de un mecanismo para la creación de archivos digitales de audio de fácil almacenamiento, descarga y transmisión por internet.

Brandenburg fue miembro de un equipo formado por la Universidad de Erlangen-Nürnberg y del Instituto para Circuitos Integrados de Fraunhofer, que a su vez participó en el Moving Picture Experts Group (MPEG), comité internacional que desde 1988 tiene la misión de establecer estándares para la codificación de archivos de video y audio. Una dificultad a vencer era registrar los originales con la mayor fidelidad posible, pues el proceso de compresión para hacerlo menos pesado y de fácil movilidad implica perder uno o varios componentes del sonido original.

Justo en ese año –según un reportaje de National Public Radio (NPR)–, Brandenburg escuchó Tom’s Diner y asumió como reto la creación de un algoritmo que rescatara los sutiles matices en la interpretación de Suzanne Vega, cuya voz –sin instrumentos y con un escaso sonido ambiental– sonaba en las primeras pruebas como si fuera chillido de rata. Gracias a la ayuda de su colega Jim Johnston, que en ese entonces colaboraba en AT&T, probó diferentes modelos de codificación y, tras más de mil veces de escuchar la canción, logró un resultado muy parecido al de la artista como si estuviera en vivo.

El primer estándar surgió en 1991 con el nombre MPEG-1, del que surgieron dos evoluciones, Layer II y Layer III. El potencial de éste último para ser explotado en la red llevó a los expertos de Faunhofer a cambiar la extensión de los archivos por una terminación más sencilla, .mp3, cuya fecha oficial del bautizo quedó registrada en un e-mail interno: las 12 horas con 29 minutos y 49 segundos del viernes 14 de julio de 1995.

A una semana de que el formato que revolucionó la industria discográfica cumpla 20 años, el nombre de Brandenburg vuelve a ser noticia, pues es uno de los protagonistas del libro de reciente aparición How music got free (Penguin Random House, 2015) del periodista Stephen Witt, quien lo reivindica como padre del MP3, un título que en su momento le regateó la prensa estadunidense, pero que modestamente él ha rechazado al argumentar que aquel logro fue fruto del trabajo en equipo. Lo curioso es que un mote similar, el de “La Madre del MP3”, le fue adjudicado en 2000 a Suzanne Vega en un reportaje publicado por Hilmar Schmundt en la desaparecida revista Business 2.0.

Así lo recuerda ella misma en un largo ensayo que publicó en septiembre de 2008 en el blog de The New York Times, en el que narra que conoció a Brandenburg –a quien describió con el aspecto de un científico loco– cuando viajó a Alemania invitada por el Instituto Fraunhofer, donde le mostraron las pruebas distorsionadas de Tom’s Diner en MP3 previas a la edición final... que, por cierto, no le convenció de que fuera ciento por ciento fiel a su original. Por eso, les dijo, hay quienes siguen extrañando el vinil. 

marco.gonsen@gimm.com.mx

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube