Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

15 Jul, 2015

Mashable

¿Desaparecerán los periódicos? Así lo decretó en febrero pasado el videoclip del rap Stop the presses, en el que un trío de comediantes, liderados por el bajista de la banda R. E. M., Mike Mills, lamenta la muerte de los diarios impresos, con todo y tiras cómicas.

Adelantar el obituario de cualquier industria es arriesgado. Un ejemplo son las salas cinematográficas, cuya extinción –a causa de los videos caseros– auguraban dos películas italianas, Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988) y Splendor (Ettore Scola, 1989). Lo cierto es que hoy las videocaseteras domésticas están prácticamente en desuso, mientras que la exhibición fílmica sigue siendo un multimillonario negocio.

La canción de Mills coincidió con el vigésimo aniversario de otra profecía sobre el periodismo, aunque en sentido inverso. En febrero de 1995, el científico Clifford Stoll publicó en Newsweek un artículo en el que aseguró que ninguna base de datos en línea sería capaz de reemplazar a los diarios y se burlaba de los expertos que vaticinaban que libros y revistas se comercializarían a través de la red. Y también desconfió de las comunidades virtuales: los chats, auguró, eran una invitación para que la gente evitara el contacto real.

Stoll no atinó ni falló del todo. Los diarios impresos continúan vigentes gracias a que desarrollaron canales en la red que compiten con otras plataformas informativas surgidas completamente en el entorno digital, que crearon un modelo de negocios justo gracias a la acción combinada con las redes sociales. Una de las más exitosas a escala global, Mashable, cumplirá una década de vida el próximo domingo.

Reconocida hoy como una influyente página de noticias con 42 millones de visitantes únicos por mes, 24 millones de seguidores en redes y un promedio mensual de 7.5 millones de notas compartidas, Mashable toma su nombre de la palabra mashup, una tendencia que supone la mezcla de una o más aplicaciones web de las que resulta una nueva utilidad, de manera análoga a la de un remix de canciones. Por ejemplo, cuando un usuario de Flickr ubica mediante Google Maps dónde tomó las fotos de su colección personal.

Con este concepto –“todo en la red es remezclable”– define a Mashable su fundador y presidente, el británico Pete Cashmore, entrevistado en 2008 por el sitio retireat21.com. Ahí aseguró que su intención inicial era ponerse al día sobre nuevas empresas de tecnología para luego lanzar la suya. Con el tiempo, dijo, el sitio se convirtió en su propia startup, por lo que antepuso a su nombre la palabra “emprendedor”.

Cashmore creó Mashable como blog personal el 19 de julio de 2005. Tenía entonces 19 años y vivía en la casa de sus papás en la localidad escocesa de Banchory. Su primer post, publicado ocho días después, se tituló Machinima, una palabra inventada por su paisano Hugh Hancock y que refiere la utilización de motores de videojuego para la creación de películas, videoclips y programas de televisión con una apariencia renderizada que recuerda a Second Life o al juego de los Sims.

Gracias a estos guiños con la generación conectada a internet, en año y medio Mashable incrementó a dos millones el número de lectores mensuales. La firma Venture Harbour analizó el comportamiento del portal y atribuyó el incremento de su tráfico a la constancia, persistencia y, sobre todo, el buen timing de sus publicaciones.

Sin ningún título universitario, Cashmore no sólo ha explotado su olfato periodístico, sino también su atractivo físico: Nitasha Tiku lo apodó en la revista Inc “el Brad Pitt de la blogósfera”; y es que, como bien han apuntado los sitios Gawker y Business Insider, buena parte de la audiencia de Mashable es femenina.

Ya con todo un equipo de redacción en forma, así como oficinas en EU, Reino Unido y Australia, y contenidos que van más allá del ámbito tecnológico, Cashmore declaró en enero al diario The Scotsman que buscará expandir bajo su liderazgo el negocio que en 2012 se rumoró sería adquirido por CNN en 200 millones de dólares.

Por lo pronto, la más reciente puntada de Mashable fue incorporar al exprecandidato presidencial republicano Newt Gingrich como reseñista de gadgets (su primer análisis fue sobre el Apple Watch). Conservadurismo político y moda high tech no parecen así una mezcla tan imposible como la del agua y el aceite.

                  marco.gonsen@gimm.com.mx

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