David Páramo

Análisis superior

David Páramo

9 Ago, 2016

El pueblo más bueno

El cinismo y desvergüenza con la que se maneja la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y los grupos satélites padroteados por Andrés Manuel López Obrador les ha llevado a pedir a los empresarios que sean prudentes y cumplan con la ley.

Inmediatamente acusan, con gran falsedad, a los empresarios de estar buscando que el gobierno les dé dinero para seguir enriqueciéndose con los recursos del erario. Hacen creer que todos “los empresarios” son multimillonarios, cuando en realidad el 97% de los empresarios del país tiene pequeñas y microempresas.

Sus afirmaciones sobre el chantaje al gobierno deberían hacer que les corriera sangre por la comisura de los labios por morderse la lengua.

Los miembros de la CNTE son servidores públicos que cobran del erario casi sin trabajar y su movimiento es financiado por Morena, que también recibe fondos de los contribuyentes.

Los empresarios no han pedido rescate ni apoyos. Su solicitud es de cumplimiento de la ley, algo que suena totalmente lejano a las posiciones de la CNTE que ha cometido violaciones a los derechos humanos, robos, daño en propiedad ajena, daños a personas, intentos de asesinato, lavado de dinero y una cauda de delitos que deberían ser inaceptables en un país de leyes.

Los empresarios han dicho que algunos no están generando utilidades, pues tampoco podrán pagar impuestos, lo que muchos han entendido como que pretendían cometer fraudes fiscales y han hecho un falso debate sobre unas y otras violaciones a la ley.

Delito es delito, punto. Suponiendo sin conceder que hubiera empresarios dispuestos a violar las leyes fiscales o del IMSS, sólo podría hablarse de tentativa. En el caso de los cometidos por la CNTE son hechos continuados.

CONFUSIONES

López Obrador, el líder de la secta disfrazada de partido político, ha hecho una interpretación bastante exótica de la carta que publicó
Alfredo Harp Helú para hacer creer que está a favor del movimiento de la CNTE, cuando en realidad es un refrendo de su compromiso con Oaxaca y la búsqueda de un esquema que permita a los habitantes recuperar la paz y el progreso.

Los empresarios de Oaxaca que ayer cerraron sus puertas están profundamente desesperados y no son los multimillonarios que el cinismo simplificador de la CNTE y sus secuaces tratan de hacer creer. Se trata de micro y pequeños empresarios, para quienes a 90 días de bloqueo la quiebra es una gran posibilidad, no únicamente cerrando fuentes de trabajo, sino las de los propios dueños quienes viven de ese negocio.

Ciertamente, el CCE y en particular Coparmex han realizado una férrea defensa de los empresarios que algunos simplemente no pueden o no quieren entender. No están a favor de los que el populista de López Obrador llama “los de arriba” “la mafia del poder” cuando se refiere a los grandes empresarios, es decir, hombres y mujeres que invierten su capital para generar empleos, la vía más efectiva para disminuir la pobreza por medio del trabajo productivo dentro de la economía legal.

Las cúpulas de la iniciativa privada que han recurrido a vías legales, como buscar una mesa de negociación con el gobierno, que los de la CNTE tienen a espaldas de la sociedad porque nadie sabe de qué están hablando, en la cual sólo recibieron promesas vacías y una foto con el secretario de Gobernación, también al amparo sobre la omisión de las autoridades, lo hacen para defender a los más débiles, a los micro y pequeños empresarios, quienes ven en sus representaciones gremiales una posibilidad de encontrar lo que el gobierno les ha negado por la cobardía de enfrentar que no hay nada por negociar con la CNTE.

PUEBLO

El síndrome de Pedro Infante dice que los ricos son intrínsecamente malos y los pobres intrínsecamente buenos, cuando los últimos cometen un delito, siempre existe una justificación en su pobreza, aun cuando cometan delitos graves como los que lleva la CNTE cometiendo 90 días, sin contar los años que han negado educación completa y de calidad a los niños de Oaxaca, Guerrero y Michoacán en aras de sus intereses económicos y políticos. Esa argumentación funciona entre las mentes poco elaboradas, puesto que tienen una gran cantidad de matices, esos que dicen nosotros somos pueblo como si las clases medias y altas fueran cosas o estrellas de mar.

Imaginemos por un momento que este síndrome pudiera ser cierto. Los micro empresarios son tan pueblo como los miembros de la CNTE y delincuentes que los arropan. Así, incluso bajo el síndrome, la razón sigue estando a favor de los empresarios.

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