CIUDAD DE MÉXICO.- Al ver la lista de las personas más ricas del mundo se puede observar muchas de ellas han hecho sus fortunas al trabajar en bienes raíces, bancos, o corporativos de telecomunicaciones y tecnología. Sin embargo, eso no significa que ese sea el único camino para ser millonario.
Existen ideas creativas, que al momento de ser concebidas pudieron parecer poco prometedoras o incluso absurdas, pero que se convirtieron en negocios exitosos y a sus creadores, en millonarios.
Posiblemente estos cuatro emprendedores puedan inspirarte ara que te atrevas a desarrollar la próxima idea del millón y aprendas una que otra lección sobre seguir cómo tus instintos.
Cajas usadas
Al ver lo complicado que era deshacerse de las cajas de cartón tras una mudanza, a Marty Metro se le ocurrió la lucrativa idea de comprarlas por menos de 10 centavos y revenderlas por un dólar.
Su ocurrencia no tuvo los resultados esperados al principio y quedó con una deuda de 300,000 dólares, pero eso no lo detuvo para continuar con su proyecto y reforzar el discurso de su negocio con un enfoque más amigable con el medio ambiente.
El emprendedor creo la tienda en línea
usedcardboardboxes.com, la cual para 2008, había crecido hasta alcanzar un millón de dólares en ventas anuales, y la demanda superó el abasto.
Pistolas de agua
Si creciste en los 90, seguramente disfrutaste empapar a tus amigos con una “Super Soaker”, la pistola de agua creada por el ingeniero nuclear, Lonnie Johnson.
La idea de este juguete surgió en 1982, cuando Johnson desarrollaba una bomba de calor que utilizaría agua en lugar del agente frigorífico, freón. Al probar su creación en el baño de su casa y ver cómo el agua golpeaba las cortinas de la regadera, se le ocurrió crear esta pistola de agua "mejorada".
Le tomó más de siete años lograr que su creación llegara a las jugueterías, cuando fue adquirida por la empresa Larami.
Inicialmente bautizada como “Power Drencher”, no tuvo éxito al principio, pero después de unas mejoras de marketing y el cambio de nombre a Super Soaker”, esta pistola de agua logró ventas por 200 millones de dólares en 1991 y se convirtió en uno de los 20 juguetes más vendidos alrededor del mundo.
Circo, maroma y...
Guy Laliberté pasó de ser artista callejero y “traga fuego”, a un multimillonario con una fortuna personal de 132,000 millones de dólares, según Forbes, al cultivar los talentos de los artistas callejeros de la Fête foraine de Baie-Saint-Paul y crear un espectáculo que logró elevar las artes circenses a la categoría de grandes disciplinas artísticas.
Laliberté, Gilles Ste-Croix y Daniel Gauthier desarrollaron juntos en 1984 el concepto de Cirque du Soleil, en la provincia de Québec, en Canadá. Sin embargo, fue Laliberté quien se hizo control absoluto de la compañía al comprar las participaciones de sus socios fundadores.
El excéntrico multimillonario es conocido también por su afición al póquer profesional y por ser uno de los primeros turistas espaciales.
Actualmente Cirque du Soleil es un espectáculo reconocido internacionalmente, con más de 4000 trabajadores que ha realizado presentaciones para más de 160 millones de espectadores en 400 ciudades; y anualmente registra ganancias por alrededor de 800 millones de dólares.
Una piedra de compañía
El estadounidense Gary Dahl logró hacer que la gente comprara piedras a un precio de 3.95 dólares.
Dahl era un director creativo que trabajaba para diversas agencias de publicidad. Una noche de 1975, durante una reunión con amigos en la que contaron chistes sobre lo sucias que suelen ser las mascotas y lo genial que sería tener una que no manchase lo más mínimo, él tuvo la extraña idea de vender rocas como mascotas.
Las llamó “Pet Rock” y se vendían en una caja de cartón con agujeros para que la mascota pudiera “respirar”, además de incluir un divertido instructivo sobre cómo cuidarlas.
Durante los primeros seis meses en el mercado, estas peculiares mascotas le hicieron ganar cerca de 15 millones de dólares.
Esta idea fue retomada actualmente, y se puede comprar la versión moderna de estas mascotas con cable USB (sin que sea memoria USB o algo más útil), a un precio de alrededor 240 pesos.
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