Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

25 Mar, 2017

Liberalismo o populismo, ésa es la pregunta

La temática de la Convención de Banqueros fue interesante por dos razones. La primera, por su contenido político. La segunda, por ubicarse justo en el centro de la discusión política y económica que se está dando hoy en el mundo. La conclusión general es que las medidas que se toman para beneficiar implican tomar un camino fácil que siempre acaba mal.

Dos hechos recientes que son muy relevantes. El primero, en días pasados en los Países Bajos hubo elección. Parecía que el candidato populista, crítico de la Unión Europea, tenía posibilidades de ganar. Al final, los electores terminaron tomando la decisión correcta de no apoyar esta visión.

Si bien el resultado anterior es bueno, la elección que realmente va a ser la importante es la de Francia. Hoy es casi un hecho que Le Pen pasará a la 2ª vuelta. La pregunta es contra quién.

Si Le Pen gana, la tendencia populista se confirmaría con las victorias en Reino Unido, Estados Unidos y Francia. En este escenario tendríamos que esperar el siguiente ciclo político en esos países y en México tomar nota de que ésa es la tendencia. Si Le Pen pierde, el debate continuará por los próximos dos o tres años en México y en el mundo.

La segunda es que las fuerzas de inestabilidad provienen de adentro de los bloques y no de afuera. Hace algunos años los conflictos venían por el choque entre bloques opuestos. Hoy, los conflictos están viniendo de adentro de los bloques, debilitándolos. Este es el caso del Brexit con la Unión Europea y Trump con NAFTA. 

A nivel político, el movimiento populista actual se caracteriza por un resurgimiento del nacionalismo y por la adopción de medidas extremas contra la migración.

A nivel económico, el movimiento populista actual se caracteriza por una tendencia a revertir la globalización y por proponer un camino de crecimiento acelerado fácil.

En ambas dimensiones las propuestas son fáciles para que la gente entienda que les puede beneficiar mucho, pero nos encontramos con que son retrogradas o peligrosas.

El muro para prevenir la migración ilegal de México a EU es una medida obsoleta, no de modernidad. Desde hace muchos siglos las ciudades construían murallas para protegerse. Era la manera más efectiva de defenderse al no permitir el paso.

Hoy existen otro tipo de herramientas tecnológicas del mundo moderno que pueden acotar la migración, pero el problema es que no vende políticamente.

Cerrar las economías es dar marcha atrás a procesos que han llevado a una mayor eficiencia económica. Se vende como una alternativa que pretende recuperar trabajos.

La región que acabó dando el triunfo a Trump es donde estaban hace años una buena parte de los trabajos de manufactura. Eran trabajos muy bien pagados, pero que requerían de mano de obra no calificada.

Hoy, en EU trabajos con esas características ya no existen. Los trabajos bien pagados requieren mano de obra calificada. A pesar de las decisiones que se tomen en ese país, la realidad anterior no va a cambiar. Los votantes que hoy están afectados van a seguir igual.

En cuanto al tema del crecimiento, el camino fácil viene por aumentar el déficit fiscal y tener un mayor endeudamiento. Esta ruta ha sido muy transitada en la historia y siempre acaba mal. El problema es que dicen: ¡Esta ocasión es distinto!

En resumen, el debate está, el consenso de que transitar por el camino populista tiene costos en el largo plazo está, pero lo que no está es la seguridad de que se elegirá el camino correcto.

*Director general del FUNDEF

guillermozamarripa@itam.mx

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