Movilidad Inteligente Automotriz, Nissan y Nafta

TOKIO.

 La cuenta regresiva para el Auto Show de Tokio ha iniciado y, sin duda, la propuesta de movilidad inteligente y cero emisiones es la que prevalece en el lanzamiento de autos concepto y autos comerciales que están presentando las 14 firmas japonesas, de las cuales seis están en México.

El auto eléctrico más comercializado en el mundo es, sin duda, el Leaf, que fue lanzado en 2009 y alcanzará en breve las 290 mil unidades comercializadas globalmente con poco más de tres mil 500 millones de kilómetros recorridos y experiencia acumulada. Hace un par de semanas se presentó la renovada versión del Nissan Leaf que responde a las principales demandas del consumidor: 1) menor costo, 2) mayor autonomía y 3) menor tiempo de recarga.

Justo en este Auto Show de Tokio, Nissan está presentando un upgrade de su propuesta de Intelligent Mobility, a través de vehículos sin emisiones y sin accidentes (autónomos), que incluye el lanzamiento de una crossover “concepto” (el segmento de mayor crecimiento en México) que tiene un grado más arriba en Human Machine Interface para facilitar la confianza en el manejo casi autónomo.

El lanzamiento reciente de Nissan Leaf, que se venderá hasta el año que entra en México y comienza su comercialización en Estados Unidos, presenta un rango de autonomía de más de 240 kilómetros (el doble del previo), un diseño exterior aerodinámico, diseño interior más confortable y con toque premium, y avanzados sistemas como ProPILOT Assist y e-Pedal. Cierto es que en Japón ofrece el doble de autonomía y tiene más capacidades autónomas e inteligentes.

¿Por qué la diferencia? Por el rezago regulatorio en nuestro país, no sólo en cuanto al límite de emisiones contaminantes de los vehículos a gas y diesel, sino por la fuerte lentitud en la instalación e infraestructura de recarga eléctrica en las zonas metropolitanas en principio, y en el país en general.

Lo que determina la capacidad de asimilación en un mercado de esta propuesta es la visión política de sus gobiernos y, en la administración del presidente Enrique Peña, el sexenio comenzó alienado y con un impulso a la cero emisión, pero en la medida en que avanza el sexenio, ni Rafa Pacchiano, de Semarnat, ni el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, articulan una política pública proclive a la expansión de esta tecnología.

En Japón, por ejemplo, hay poco más de siete mil 218 cargadores rápidos (ocho horas para carga completa) y 21 mil 338 para carga normal; en EU hay dos mil 238 para carga rápida y 35 mil 820 para carga normal, y en la Unión Europea se han instalado cuatro mil 648 de carga rápida y 104 mil 656 de carga normal.

¿Es desarrollo o visión de largo plazo? Lo más que se ha logrado en nuestro país es una tímida incorporación a la miscelánea fiscal para que la instalación de dispositivos de recarga eléctrica sea completamente deducible y mantener, al igual que en la propuesta híbrida, la deducibilidad del vehículo en 250 mil pesos distribuidos en tres años.

En México se han colocado desde su lanzamiento 300 unidades, y de enero a septiembre se han vendido 78 Leaf, pero ha sido Nissan México, que lleva Mayra González, el que ha instalado 270 de esos cargadores, y en conjunto con BMW, de Alexander Wehr, lo han extendido 400 en el país y la mayoría en la Ciudad de México.

Justo ahora que el proceso de negociación del Nafta (Tratado de Libre Comercio de América del Norte)  ha entrado en esa fase de controversia por las reglas de origen propuestas por Robert Lighthizer, el jefe de la USTR de Estados Unidos, a Canadá y México, la estrategia para defender lo ganado en manufactura automotriz y de autopartes no sólo debiera ser la diversificación comercial, sino propiciar que se incorpore a México la cadena de más alto valor de esta industria.

Como dice Carlos Ghosn, el presidente y CEO de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, las armadoras se parecen más a empresas de tecnología e insertarse en su futuro implica una verdadera estrategia de largo plazo.

DE FONDOS A FONDO

#MantelesLargos... Este jueves 26 de octubre, Ricardo Salinas Pliego encabezará la celebración del 15 aniversario de Banco Azteca, institución que dirige Alejandro Valenzuela y que ha sido parteaguas en el proceso de bancarización del país.

En abril de 2002 recibió autorización para operar y se convirtió en una propuesta que fue emulada por otros grupos (Coppel, Femsa, Walmart y Soriana) con foco específico en el mercado de ingreso medio y bajo.

Banco Azteca hoy tiene más de 15 millones de clientes en México, cuenta con una red de mil 735 sucursales, casi 40 mil colaboradores y, si suma las operaciones en Guatemala, Honduras, Perú, Panamá y El Salvador, y más de dos mil sucursales de Advance America en Estados Unidos, advierte la penetración que ha logrado en segmentos de baja bancarización no sólo en nuestro país. Y un personaje clave en esta ruta ha sido Luis Niño de Rivera, vicepresidente de Banco Azteca, que ha sido un verdadero embajador de la bancarización en México.

#CumbreDeNegocios... El encuentro que año con año impulsa Miguel Alemán Velasco, en esta edición ha sido recibido por el gobierno de San Luis Potosí, de Juan Manuel Carreras López. El que se llevó la palma (porque hasta acá llegó) fue Carlos Slim. Él recordó a la audiencia la existencia desde hace más de 12 años del llamado Acuerdo de Chapultepec, que fue firmado por empresarios, líderes sociales, académicos y notables de nuestro país, y que es el mapa de ruta que se debe ejecutar para sacar adelante a México, además de que se enfoca en cinco puntos principales, comenzando por el necesario fortalecimiento del Estado de derecho y mejora de la seguridad pública. Al final, Slim señaló que para dar viabilidad debe cumplirse el acuerdo y como respuesta a un miembro de la audiencia que preguntó qué tan viable sería que se volviera a firmar, dijo que todos los que lo firmaron lo volverían a hacer, pero que el reto no es volverlo a firmar, sino lograr que quien llegue a la silla presidencial lo quiera cumplir.