Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

1 Nov, 2017

Coco

 

Alerta de spoiler inofensivo: por circunstancias que aquí no adelantaremos, un calavérico personaje se ve impedido de visitar la tierra de los vivos, tal como se acostumbra cada 2 de noviembre. Y por ello descarga su furia en el más allá contra la vieja computadora Macintosh del empleado aduanal, por llamarlo de alguna forma.

Este detalle jocoso es la forma como el director de la película Coco (Disney-Pixar, 2017), Lee Unkrich, documenta su amor por México, pero también por la marca Apple, del cual ya había dado cuenta en una entrevista publicada hace justo siete años en el sitio Cult of Mac.

Ahí, Unkrich se define como un junkie de Apple, cuya adicción fue alimentada durante años por su creador, Steve Jobs. Aunque aclara que esto se debe más a la devoción por los productos de la manzana que a la conexión personal que establecieron con el empresario por ser cofundador de Pixar.

De hecho, Unkrich se jactó de que asiste a las presentaciones de los nuevos lanzamientos de la firma de Cupertino cada vez que puede. “Puedo decir cuántas  PC he poseído: ninguna”, dijo en aquella entrevista.

El de Coco no es el único cameo de Apple en películas de Pixar: la firma aparece como un logo de carreras en Cars;  en Wall E se escucha el típico sonido de arranque de las Mac, mientras que Molly, personaje de Toy Story 3 (también dirigida por Unkrich) tiene un iPod nano. 

Unkrich, que en agosto pasado cumplió 50 años, forma parte desde 1994 del núcleo creativo fundador de Pixar, junto con los directores John Lasseter (Toy Story), Andrew Stanton (Buscando a Nemo) y Pete Docter (Monsters Inc.).

Aunque se formó como realizador de live action en la Universidad del Sur de California y no se sentía atraído por la animación, encajó en Pixar gracias a que fue uno de los primeros estudiantes de aquella escuela en dominar los programas de Avid, firma fundada en 1987 y pionera en sistemas de edición de video y audio digital (así lo consigna Karen Palk en el libro To infinity and beyond. The Story of Pixar Animation Studios, de 2007).

En mayo de 2012, Unkrich concedió una entrevista a Los Angeles Times en la que dio las pistas de lo que sería la película que se propuso dirigir sobre la celebración mexicana del Día de Muertos, aún sin título entonces.

Ahí reveló que faltaban pocos días para que presentara el libreto de ese proyecto al Braintrust, el grupo interno de Pixar que evalúa periódicamente el desarrollo de una película y que funciona mediante la regla de que todos sus integrantes digan todo lo que piensan con el mayor grado de honestidad posible. La meta es detectar fallas y corregirlas de acuerdo con su grado de complejidad, dichas de tal forma que no lastimen susceptibilidades.

Unkrich reveló su estrategia para sobrevivir a aquellas extremadamente honestas reuniones en las que, por desgracia, también se ha decidido cancelar proyectos. “El truco es que tienes que estar dispuesto a contribuir con tu propia mala idea, para que todos podamos llegar a las buenas ideas”, dijo.

Tras la publicación de la entrevista, Unkrich subió un tuit en el que amplió este concepto: “No tengan miedo de poner cualquiera y todas las ideas sobre la mesa. Las malas ideas son con frecuencia el combustible para las buenas ideas”. Quizá temió que la primera frase creara confusión entre quienes no están familiarizados con el concepto del Braintrust.  

Este último se volvió famoso gracias al libro Creativity, Inc. (Transworld, 2014, editado en español por Conecta con el título Creatividad, S. A.), y firmado por Ed Catmull, cofundador también de Pixar. Esta obra se popularizó globalmente cuando el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, la incluyó en su lista de lecturas indispensables.

Unkrich declaró al diario angelino que una de las razones para recrear en animación el Día de Muertos era la buena recepción que México da siempre a las películas de Pixar. De hecho, Toy Story 3 es la segunda más taquillera de todos los tiempos aquí, con una recaudación de casi 60 millones de dólares. En congruencia con esa expectativa, Disney estrenó Coco en nuestro país con casi un mes de anticipación a su lanzamiento en Estados Unidos.

Unkrich ha respondido buena parte de los mensajes de cariño que le hacen llegar a su cuenta de Twitter por parte de mexicanos que han caído rendidos al encanto de Coco. Anticipar su llegada no parece haber sido una mala idea.

*marco.gonsen@gimm.com.mx

 

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