José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

15 Ene, 2018

Suben a Trump el costo de salirse del TLCAN

Los empresarios mexicanos están empeñados en elevarle a Trump el costo político de su salida del TLCAN. Si bien Donald Trump acaba de mencionar que no se va a salir del acuerdo comercial, de verdad, nadie puede asegurarlo por sus decisiones erráticas y volátiles, ya sea exigiendo el muro fronterizo o exigiendo inversión de armadoras automotrices o queriendo negociarlo cada cinco años.

Ante ello, Moisés Kalach, el empresario que ha llevado adelante todos los esfuerzos del sector privado mexicano para defender el TLCAN, nos dice, abiertamente: La estrategia es de mejorar el acuerdo comercial, de poner en la mesa soluciones a las demandas estadunidenses, pero también de elevarle a Trump el costo político si de verdad quiere dejar el acuerdo comercial.

Convencen a gobernadores 
y empresarios

El sector privado mexicano ha llevado cientos de reuniones en Estados Unidos, explicando la importancia en competitividad y empleos para la región. Por ejemplo, la gobernadora de Iowa no sabía que el principal destino de la exportación de su maíz era México. Kalach y el equipo presidido por Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador, han visto a 27 gobernadores. Se han reunido con 80 congresistas y con más de 80 asociaciones empresariales. La concientización de que el acuerdo comercial genera valor, empleos y riqueza en los tres países era clave.

Regla de origen, contenido nacional no

Sin embargo, se sabe que viene la reunión ministerial del 23 de enero en Montreal, Canadá, y ahí el empresariado mexicano, que va muy de la mano con el equipo gubernamental, encabezado por Ildefonso Guajardo, sí espera definiciones en temas clave. Por ejemplo, en reglas de origen tiene que ser el sector automotriz el que le haga ver a Donald Trump y a su equipo que exigir una cláusula para contenido nacional sólo en favor de los estadunidenses, los dejaría fuera de mercado.

La actual regla de origen del sector automotriz es de 62.5% de contenido regional, es decir, cada vehículo debe haber sido producido en un 62.5% entre México, EU y Canadá. Según la AMIA (Asociación Mexicana de la Industria Automotriz), dicha regla de origen permite que otros componentes, que pueden ser desde piezas de motor, chasis o el volante, provengan de países de otras regiones, como Japón, Corea, Alemania, Francia, España o Brasil.

Para salvar este escollo, la industria y el gobierno mexicano podrían estar flexibilizando el contenido regional para que fuera mayor al 62.5%. Pero no aceptar, de ninguna manera, el contenido nacional que quiere EU y que los dejaría a todos fuera de mercado, donde sólo ganaría, y en el corto plazo, Estados Unidos.

Cláusula para matar al TLCAN, no, revisión quinquenal, sí

Otro tema que nos narra Kalach es el de la cláusula Sunset, en la que el equipo estadunidense pidió terminar el acuerdo comercial cada cinco años. Es absurdo. Imagínese volver a negociar todo cada cinco años: Las inversiones tendrían total incertidumbre y nadie en su sano juicio se animaría a invertir en una planta cuya producción es mayor a los 20 años. Dicha cláusula Sunset es totalmente rechazada.

Pero en cambio, Ildefonso Guajardo, secretario de Economía de México, puso sobre la mesa una contrapropuesta interesante: Evaluar el acuerdo comercial cada cinco años. Esto es distinto, y hasta serviría para dirimir problemas que se van dando en ciclos quinquenales. Ahí el sector privado está totalmente de acuerdo e impulsa la idea de Guajardo.

No estacionalidad, sí solución 
de controversias

Lo que sí tiene una negativa rotunda es el limitar a cierta estación del año la entrada de productos perecederos mexicanos a Estados Unidos. Es decir, sólo en una estación del año podrían exportarse productos agropecuarios mexicanos. Tal situación es totalmente proteccionista por parte de EU, pues dependería de cómo les fuera a sus productores cuando México, que es potencia agropecuaria, les pudiera exportar. Ahí hemos tenido éxito en el aguacate, los jitomates, las berries, la carne de res, donde somos fuertes exportadores, y el potencial es enorme.

Sí se espera que Estados Unidos acepte un esquema de Solución de Controversias, porque, de otra manera, ante cualquier problema, se tendrían que acudir a las cortes judiciales de cada país, lo cual sería tardado y proteccionista.

Como vemos, el sector privado ya tiene claro lo que quiere. Sabe hasta dónde se puede llegar en la negociación del acuerdo comercial y donde están los límites.

Ahora esperemos que Estados Unidos vea, de verdad, las enormes ventajas de tener un acuerdo comercial y no las limitantes demandas electorales que hizo Trump.

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