Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

29 Ene, 2018

El Efecto Vanguard ¿se sentirá en México?

 

Aunque son inversionistas institucionales en bonos gubernamentales o cuasi gubernamentales y desde mediados de la década pasada también participan en el SIC como proveedores de ETF’s, son asesores de afores u operadoras de fondos de inversión, o lo mismo invierten en acciones de empresas globales mexicanas, como América Móvil que dirige Daniel Hajj, o Banorte, que preside Carlos Hank, a través de su Fondo de Mercados Emergentes, y ven de cerca la apertura del mercado energético en todos sus segmentos, The Vanguard Group Inc, que preside F. William McNabb III y dirige Mortimer J. Buckley, tomó la decisión de abrir una oficina en México.

Junto con la filial de China, México es uno de los países (17 en total) donde tiene presencia física, pero el único de América Latina y el segundo de mercados emergentes, pues hasta ahora han estado en Europa, Japón y Australia.

Vanguard administra activos por 4.9 millones de billones de dólares, pero su modelo de negocio ha sido disruptivo porque, pese a su tamaño y diversificación, no cotiza en Bolsa, ya que sus accionistas son los fondos que administra (350 o más) y, estos a su vez, son propiedad de los inversionistas que ponen su dinero en ellos.

De esta forma, la ganancia neta de cada fondo y de la compañía entera se dirige a capitalizar el dinero del inversionista individual o institucional, ya que su compromiso y donde la SEC tiene la mayor supervisión, es ofrecer el costo por administración de activos más bajo de la industria de fondos mutuos.

Cobra el 0.12% de cada 100 dólares invertidos en ello, lo que contrasta enormemente con el promedio de entre 0.75% y 1.00% que cobra el resto de sus competidores, porque no hay propietarios externos ni bursátiles, no hay que pagar dividendo ni hay conflicto de interés de a quién le deben cuidar el dinero.

Por esto, y los cambios de visión que ha introducido en el manejo de fondos en el mercado de Estados Unidos y en todos donde opera, es que la Harvard Business Review define el “Efecto Vanguard”, que ha sido clave en momentos en que la compresión de márgenes y tasas han llevado, incluso, al terreno negativo a las referencias monetarias y de inversión en los mercados avanzados tras la crisis de 2008-10.

Es evidente que el grado de madurez que está alcanzando el mercado de pensiones, seguros y fondos en México, que hoy acumula como el 25% del PIB y el crecimiento del número de clientes que demandan mayor atención y servicio, así como la expansión que ha tenido BlackRock (el número uno del mundo por administración de activos por 6.2 millones de billones de dólares) en nuestro país, hoy explican esta decisión estratégica para Vanguard y extraordinaria para México.

Juan Hernández es el Mexico Country Head de Vanguard desde octubre pasado, conoce el negocio y conoce al país, además de su sistema financiero y marco regulatorio desde hace 8 años porque fue director de clientes institucionales de BlackRock México.

Hoy Vanguard no sólo tiene la capacidad de construir portafolios adecuados para la administración de activos, también tiene más de 65 ETF listados en el SIC y la retroalimentación con los inversionistas institucionales y manejadores de fondos es buena, pero la apertura de la oficina deberá mejorar no sólo la atención, sino la asesoría oportuna y continua.

La intención también es tener una relación más cercana y constante con reguladores del Banco de México, Hacienda y Comisión Nacional Bancaria y de Valores, pues el récord de más de 20 años de estabilidad macroeconómica, cumplimiento del manejo financiero, estabilidad, liquidez y apertura global del sistema financiero han provocado que estos grandes fondos se sientan cómodos porque han probado que funciona el mercado y les interesa.

El momento también es interesante: Pese a la volatilidad que ha afectado a los portafolios de México, la incertidumbre ligada a la negociación del Nafta y la esperada elección presidencial de julio, la decisión de abrir la oficina se dio el año pasado, considerando el potencial de crecimiento y ese track record que tiene México.

De ahí que, bienvenido el Efecto Vanguard, para que el mercado de CKDs, ETF’s, acciones, fondos privados, cerpis, fibras, afores y fondos aprendan a administrar en beneficio de su inversionista o acreedor, lo que puede provocar un gran efecto disruptivo para México. ¡Ojalá pudiéramos comprar directo y aquí, Fondos Vanguard!, y ojalá el marco regulatorio que rige el sistema de ahorro para el retiro pudiera transitar el modelo de siefores divididas al modelo de ciclo de vida que tiene sus fondos para el retiro, porque el ahorro en costos de administración rompería con el paternalismo existente. 

Y este sistema no sólo lo debería evaluar la Consar, que preside Carlos Ramírez, sino también la CNBV, cuya presidencia se revelará esta semana por José Antonio González Anaya. Un interno... ¡Qué bueno!

DE FONDOS A FONDO

#OJOFUNO… Cuando los proveedores comienzan a levantar alertas, probablemente los inversionistas debieran revisar  dos o tres veces los índices de liquidez (no sólo el NOI) de Fibra Uno, que encabeza André El-Mann.

Nos ha llegado recientemente información de que desde el mes de octubre pasado, los retrasos en pagos a proveedores de servicios de las plazas y oficinas bajo su administración dejaron de ser de dos meses y alcanzan entre 5 y 6 meses. Puede que sea casuístico (nos indican que son alrededor de 480 facturas con retraso en algunas de las filiales bajo administración).

Por lo pronto, tanto en la BMV, que dirige Oriol Bosch, como en la vicepresidencia de supervisión bursátil, que preside Gloria Fragoso, le pondrán ojo y súper ojo al pago a proveedores, pues los problemas de liquidez comienzan por ahí. ¿O no?

 

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