Buenrostro respondió con todo a Tai

En tiempos electorales, en Estados Unidos son recurrentes las presiones de representantes industriales o sindicatos demandando, a través de voces legislativas, que la USTR o el Departamento de Comercio establezcan medidas contrarias al libre comercio. Es el caso del acero mexicano.

El viernes pasado, en conversación virtual, Raquel Buenrostro, secretaria de Economía, respondió a Katherine Tai con todo el argumento y prueba, lo que no le gusta oir a una representante comercial: la industria del acero en Estados Unidos enfrenta un problema de competitividad y la forma en que quieren solucionarlo es amenazando con la reimposición de la Sección 232, esto es, aumentando a 25% los aranceles al acero y aluminio, de no establecer un sistema de “monitoreo” que supone un “autocupo” e introducir un sistema de aviso automático para que certifique la trazabilidad del producto importado. Esto último es aceptable.

La acusación de Tai supone que en México se está importando acero de terceros países y se reintroduce hacia Estados Unidos mediante esquemas de triangulación por la falta de monitoreo, registro legal y, presumiblemente, fraude aduanero. Trazabilidad es el punto clave de esta disputa, pero Buenrostro no acepta ni autocuotas ni amenazas de elevación arancelaria.

Las conversaciones siguen y los esfuerzos comunes pueden estrecharse, incluyendo investigaciones antidumping.

Por lo pronto, Buenrostro le recordó a Tai que recientemente México homologó aranceles con los de EU para terceros países con los que no tiene un tratado, y rechazó la acusación de falta de transparencia, al reiterar la disposición de compartir la información que se requiera para darle mayor trazabilidad a los productos y combatir posibles actividades de triangulación.

Fuera de posiciones oficiales, me parece que las razones que están detrás de las acusaciones estadunidenses son:

1.- La eliminación de los certificados de molino en los avisos automáticos de importación de ciertos productos de acero.

2.- La suspensión del SIAVI (Sistema de Información Arancelaria Vía Internet).

3.- La falta de controles aduaneros más eficaces para combatir el contrabando, la triangulación y el fraude aduanero. Éstas pueden resolverse, pero se requiere presupuesto para hacerlo y la Secretaría de Economía los eliminó o redujo por la serie de recortes presupuestales que la tienen andando en los huesos.

No obstante, México ha avanzado, puesto que, con el convenio entre la Canacero y el Procafis (Programa de Control Aduanero y Fiscalización), se realiza una revisión minuciosa de las importaciones para asegurar legalidad en operaciones de comercio exterior.

También se puso en marcha el programa piloto Transmute entre Canacero y CPB (Customs Border Protection de EU) para ofrecer mayor trazabilidad a las importaciones en México; se está restableciendo el SIAVI para habilitar los certificados de molino dentro del esquema de avisos automáticos de importación de productos de acero y se ha concluído la homologación arancelaria de los tres países, pero Tai no puede desconocer que México recibe el 49% del acero de Estados Unidos y en 2023 concluyó con el mayor déficit de la historia con ese país, al sumar 3,200 millones de dólares.

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