Innovación: el gran rezago en la 4T

Brasil se ubicó detrás de Chile y, por primera vez en diez años, desplazó a México en el Global Innovation Index (GII) 2022, dado a conocer en el marco de la World Intellectual Property Organization (WIPO) y se ubicó en la posición 54, luego de que México cayera tres escalones, al lugar 58 del ranking, del que ha bajado al tercer lugar en América Latina y, lo destacable, haber “rascado” su ingreso entre las 40 economías más innovadoras de ingreso medio, donde se encuentran India, Bulgaria, Polonia, Malasia, Turquía, Vietnam, Arabia Saudita y hasta Irán.

China continúa su ascenso hacia el top ten, al ubicarse en onceavo lugar, cuando hace 15 años estaba por debajo de México. Ahora pasó a Francia, Japón y Hong Kong, y ahora rebasa a Canadá en posición 15, porque está teniendo éxito en salir del top ten en el paraíso del “copy” para entrar en el de innovación. En los primeros diez lugares del GII están Suiza, nuestro socio Estados Unidos, Suecia, Reino Unido, Holanda, Corea del Sur, Singapur y Alemania.

Para la administración del presidente López Obrador las posiciones que va escalando o retrocediendo México en los indicadores internacionales son, en realidad, “punto ciego” para estructurar políticas públicas, pero para quien invierte en México, mexicano o extranjero, es referencia de decisión y más si se trata del corredor transístmico o el desarrollo industrial de los estados de mayor rezago social en el sureste.

¿Qué apuntala dicho indicador? Son poco más de 86 factores que se agrupan en seis grandes áreas: la primera es eficiencia y efectividad gubernamental, donde México se ubica en la posición 93. Muy por debajo de su capacidad como economía (15ava del mundo) como socio del T-MEC. La falta de estabilidad en el marco de gestión gubernamental, la transformación del marco legal del Conacyt, la baja inversión en innovación o impulso de los centros de investigación universitarios, etcétera, han provocado el mayor ajuste de este indicador. Los mejores avances se alcanzan en sofisticación de mercado, con la posición 54 e industrias creativas al lugar 50.

En capital humano con capacidad de desarrollo y manufactura tecnológica ocupa la posición 58, cuando los productores de software y componentes tecnológicos están en el top ten de recursos humanos capacitados y, en sofisticación de empresas, bueno… lugar 76. No hay programas efectivos para el desarrollo de empresas, porque en México se ha confundido el subsidio al changarro con la habilitación de capacidades para el desarrollo de proveedores de todos los niveles.

En infraestructura ocupa el lugar 63, y juegan un papel clave infraestructura de telecomunicaciones fija y móvil, infraestructura de logística (carretera, puertos, aeropuertos), de investigación (laboratorios especializados en innovación), hidráulica (disposición de agua potable y para desechos con capacidades de protección ambiental). Todo combina.

En la secretaría de Economía, que encabeza Raquel Buenrostro, están conscientes de que el fortalecimiento de las capacidades de innovación pasa por una visión común para lograr dotar al país de la capacidad de innovación, no para ser competitivo en el T-MEC, sino en el país mismo, entre regiones y posibilidades de mejoramiento social del propio gobierno. Eso pasa por la mesa del Presidente, pero la sucesión adelantada tiene mayor prioridad.

• DE FONDOS A FONDO

#CNBV.-  Revocó el pasado 7 de julio la autorización para operar de Sociedad Financiera de Crédito Popular Nacional, radicada en Monterrey, una entidad sin clientes ni créditos. Siempre ha sido un cascarón, pero en marzo de 2021, justo cuando se levanta el apetito por comprar sofipos, solicitó su reactivación a FINE, una de las federaciones supervisoras que requieren una buena auditoría de desempeño.

Y así se mantuvo hasta que el equipo de Jesús de la Fuente le puso el ojo a los intermediarios que no cumplen con la función para la que fueron autorizados, pero que se han convertido en la forma más fácil para que una sociedad anónima o remedo de Fintech entre al mercado financiero, sin pasar por el proceso de autorización a que obliga la ley para quien intenta captar ahorro. Se fue. ¡Tenía un precio en el mercado de tres millones de dólares!