No son tamales de chipilín, pero... ¡ya paguen!

Ése es el clamor generalizado de los proveedores de Pemex y, a quienes, por supuesto, nunca se dirige el Presidente en una mañanera. Según el registro oficial de proveedores son 75 mil 383.3 millones de pesos, al cierre de junio, de poco más de 11 mil proveedores, no obstante, las estimaciones de las cámaras y asociaciones dan un acumulado de 96 mil 576 millones de pesos, un aumento de 11.42% con respecto a junio de 2022. La diferencia, puede suponerse, se origina en los procesos de conciliación contractual, pues cada que hay retraso en algún pago, se busca reducir el monto de la obligación que tiene Pemex pidiendo “quitas”. La información de Pemex Transparencia indica que de los adeudos con proveedores, en el primer semestre de este año se han pagado 172 mil 314 millones de pesos, y que los adeudos, cuyas facturas entraron antes de febrero, serían pagadas en junio.

La realidad es que contratar con Pemex se ha mantenido desde el sexenio pasado, en el camino de la tortura financiera, pues los proveedores están con la soga al cuello y no les pasa ni un tamal de chipilín.

La alternativa que tienen es aceptar el descuento por factoraje de los programas que habilita Nacional Financiera, cada marzo o diciembre, para reducir la presión del arrastre de facturas.

El problema para los proveedores es que siempre tienen un contrato con un alto grado de incertidumbre en pago, que les coloca en una situación de iliquidez permanente y, cuando la soga llega al cuello, recurren al sistema de cadenas productivas con la quita a que este tipo de factoraje obliga a las empresas. Y, aunque se maneja como un “respiro a su liquidez”, en realidad es un gran sobrecosto el que tienen que pagar por negociar con un Pemex al que el Presidente muestra como “rescatado”. No es comparable la petrolera con la eléctrica, pero ambas empresas del Estado muestran condiciones diferentes para sus proveedores. La primera siempre arrastra el pago y estrangula, la segunda tiene máximo pago de tres meses y se ha reducido a dos, y sus proveedores no recurren a Nafin para descontar factura.

DE FONDOS A FONDO

#VivaAerobus… Aunque se filtró desde el Show de París que sería uno de los contratos por 150 mil millones de dólares que fueron firmados durante el evento en junio pasado, no fue sino hasta ahora que Viva Aerobus se dio a conocer la firma del MOU para concretar la compra de 90 equipos Airbus A321 Neo para renovar e incrementar su flota de 75 aviones, en los próximos ocho a diez años.

La inversión estimada supera los nueve mil millones de dólares, considerando que los equipos. Es de esas transacciones que en este momento de la industria aérea mexicana, con alta incertidumbre regulatoria, sorprende, pero que se explica en la impresionante tasa de crecimiento en el número de pasajeros trasladados que tiene la aerolínea.

De enero a mayo acumula 9.26 millones de pasajeros transportados, un incremento de 20.6% los primeros cinco meses de 2022 y sin CAT1. El crecimiento ha sido particularmente en conectividad punto a punto en México y hacia el sur del continente, pero con el JV de Allegiant, del que ya recibieron el visto bueno en Cofece y esperan ahora el del DOJ, podría duplicar su capacidad de movilización de pasajeros y mantener sus costos bajos.

Cuando Viva decidió dejar Boeing y comprar 55 equipos de Airbus, hizo una gran apuesta por la reducción en costo de combustible y movilización de un número de pasajeros mayor por equipo. Con esta flota se moviliza en un equipo a 240 personas.

Cabe señalar que del contrato anterior (218, se ordenaron otros 25 aviones A321Neo y lo que faltó del pedido inicial) quedaron pendientes 16, que se pidió reconvertir a A321 Neo. Su flota de 74 aviones podría crecer con la nueva compra hacia los 150 aviones, pero, para mantener una edad promedio inferior a siete años y realizar seis vuelos diarios por equipo, tienen que renovar una buena parte de aquel pedido inicial.

Mire, me encanta conversar de esto porque no creo que la aerolínea Maya-Olmeca tenga esta capacidad de planeación, eficiencia o costo. ¿Usted sí?