Y en México, ¿por qué no bajan las gasolinas?

En promedio, en los últimos 60 días, el precio del combustible ha caído y en México el costo del mismo que importa y distribuye Pemex, de Octavio Romero, está estancado. De un año para acá, de acuerdo con la Asociación Americana de Automóviles (AAA), el combustible cayó en 30 centavos por galón y en casi 60 centavos por galón (3.785 litros) desde su nivel más alto observado a mediados de septiembre de este año.

En México, el precio de la gasolina Magna se ha mantenido en torno a 22 por litro y la Premium arriba de 24 pesos, cuando el promedio en Estados Unidos ha oscilado en alrededor de 15.5 pesos. ¿Es tan caro importar y trasladar?

La realidad es que el subsidio a la gasolina Magna ha, prácticamente, desaparecido y, por el contrario, el copete del IEPS aplicado a las gasolinas ha permitido un crecimiento de 500% en la recaudación de este impuesto.

Comento lo anterior porque, en los mercados eficientes, los precios de los productos y servicios bajan en función de la expansión de la oferta y el mantenimiento de una demanda relativamente estable o ligeramente por debajo de lo que se ofrece, como ocurre en Estados Unidos.

Es el costo del combustible el que hace que el consumidor, para evitar el impacto en su bolsillo, establezca prácticas de conducción o uso del automóvil que le permiten bajar el costo, pero en México no ocurre lo mismo. El incremento en el consumo de combustible fue de casi 25 mil barriles diarios (120 mil barriles de Premium y el resto de Magna) y 20 mil barriles diarios de Diesel, lo que da cuenta de que la permanencia de un precio elevado y sin subsidio no fue factor para que se redujera la demanda y, por ende, el consumidor ha “normalizado” el alto precio del energético.

Traemos esto a colación porque en el sector empresarial, particularmente por el costo elevado del precio de los energéticos, se han estado realizando reuniones en la Concamin y en el CCE porque el costo en el transporte de carga no baja, como tampoco el uso de combustibles industriales, más cuando se le compara con el precio en Estados Unidos, país con el que el eslabonamiento productivo y la cadena de costos resulta relevante.

El tema lo han puesto sobre la mesa de negociación con la Secretaría de Economía, de Raquel Buenrostro, y también con el secretario de Energía, Miguel Ángel Maciel, y se espera que cruce directo a la Secretaría de Hacienda, de Rogelio Ramírez de la O, pues la única explicación a la problemática se da por la ineficiencia de Pemex.

¡De 15.5 a 22.5 pesos, en promedio, de la gasolina, imagine el costo que tiene sólo la industria automotriz para realizar las pruebas de motores en las plantas de México!

Ahora piense en el efecto macroeconómico que tendría el que Pemex venda la gasolina ya sin subsidio, insisto, a precio de mercado sobre el costo de la vida en México.

El efecto de liquidez sería similar al que se observó en Estados Unidos (fluyó del gas station al Play Station, dicen por ahí), pues el menor precio de la energía aumentaría la capacidad de gasto del consumidor y, si tuvimos un gran Buen Fin y Black Friday, no quiero imaginar el repunte de precios en fin de año y los rostros de espanto de los integrantes de la Junta de Gobierno del Banxico, que encabeza Victoria Rodríguez Ceja. Por cierto, este miércoles habrá Informe Trimestral de Inflación.

DE FONDOS A FONDO

#Yastas… Santander, de Felipe García Ascencio, es el quinto banco en subirse a la red de corresponsales habilitados por las empresas de cobros y pagos de Gentera, que dirige Yerom Castro, red que incluye tiendas de abarrotes, ferreterías, distribuidoras de materiales de construcción, tlapalerías, farmacias, papelerías, etcétera, y de muy diferentes giros, con presencia en 32 estados y más de 5,400 puntos de venta, y cubre a cerca de 1,500 municipios en el país y, ¿sabe quién la utiliza más? ¡Adivinó!