Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

27 Oct, 2020

¿Acaso ignora lo que firmamos?

Ya he dicho que en materia de la gobernación dañan más los ignorantes que los corruptos. Por si alguien dudare de esta afirmación, les pido pensar en lo siguiente.

Imagine las pérdidas, consecuencia de los robos y el apropiamiento de recursos públicos por parte de los corruptos, que ya había en el sector público y agregue, por favor, los incorporados en esta administración. Con ésto, imagine el monto robado y compárelo con el daño sufrido por la economía en materia de consumo, pérdida de millones de empleos —formales e informales—, multas y cantidades a pagar por la cancelación del NAIM y agregue, por si faltare algo, lo que resultará de la cancelación de la planta cervecera de Constellation Brands en Mexicali.

Si a estas alturas dudare todavía de mi afirmación aquella, agregue el despilfarro en la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya, el Aeropuerto de Santa Lucía y las centenas de miles de millones de pesos dilapidados en los programas del malestar.

¿Sigo? Sume las pérdidas durante el primer semestre del año en curso a causa de Pemex, y prepárese para lo que viene en el tercero. Si aún no estuviere convencido del daño que causa la ignorancia en toda gobernación frente al daño que causan los corruptos, perdone que le diga, usted no tendría remedio.

Ahora, pasemos a otro factor igualmente dañino, consecuencia de la ignorancia.

En días recientes, el presidente López Obrador ha hecho afirmaciones que reflejan un desconocimiento total —no uso ignorancia total, para evitar la ira de los seguidores del Presidente—, no únicamente del funcionamiento de los mercados en las economías abiertas, sino también del texto del T-MEC.

El Presidente se ufanó de no ser empleado de la empresa española Repsol; afirmó, sin titubeo alguno, que su tarea es cuidar los negocios públicos, no los negocios privados. Además, reiteró lo dicho en múltiples ocasiones sin que viniera a cuento: “la soberanía absoluta de México en materia de recursos petroleros”, y abundó al decir que su prioridad es recuperar la viabilidad de Petróleos Mexicanos y de la Comisión Federal de Electricidad.

Sin embargo, lo dicho por él carece de todo sentido, tanto económico como jurídico. Primero, porque nadie ha puesto en duda la soberanía mexicana en la materia que plantea el Presidente y, segundo, el tema en cuestión es otro: es la discriminación de la cual son objeto empresas extranjeras diversas, en una clara violación del texto del T-MEC el cual, olvida el Presidente, él mismo elogió y el Senado aprobó.

Además, no pocos senadores de Morena declararon que lo aprobado era lo máximo.

Sin embargo, un elemento clave para el mejor funcionamiento de los mercados es no otro que generar un suelo parejo para los agentes económicos privados. Al proceder así, el gobierno trabajaría para el beneficio de los consumidores, la economía, el país y su futuro. Ése es el tema.

*

¿Por qué Andrés Manuel López Obrador, entonces, actúa en sentido opuesto? Por la evidente y ofensiva inviabilidad de dos empresas —que no negocios— que son totalmente inviables: Pemex y CFE.

Trata, pues, el Presidente de la República, de rescatar dos cadáveres insepultos causando, con sus decisiones, un daño inconmensurable al país y a su economía. Ahora le pregunto: ¿Qué daña más, la ignorancia o la corrupción?

 

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