Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

30 Jul, 2020

¿Le divierte el espectáculo circense?

La hoy conocida expresión “pan y circo” (panem et circenses), tiene su origen en la Sátira X del poeta romano Juvenal; en ella, éste muestra su desprecio por la decadencia de sus contemporáneos. Sin duda, una de las razones que llevó a Juvenal a escribir aquella obra fue, el plan que en ese entonces diseñaron los políticos romanos para ganar el voto de los pobres: regalar comida barata (pan) y proporcionar entretenimiento (circo); esa estrategia fue vista, desde entonces, como la forma más efectiva para llegar y mantenerse en el poder.

Más de 21 siglos después, esa receta sigue dando frutos. Las formas han variado adaptándose a los tiempos, pero la esencia está más viva que en cualquier otra época de la actividad política en el mundo. El pan y circo es utilizado —desde hace siglos—, por políticos de todos los partidos con una perversidad tal, que aún hoy sorprende.

Si bien nadie se salva en algún momento en caer en dicha práctica, no hay quien —al menos en el México de los tiempos que corren—, esté dispuesto a repetir el ejemplo de Juvenal. En privado, nuestros analistas y opinantes injurian y desprecian a los políticos, pero en público no dejan de alabarlos. Pero dejemos a Juvenal y a quienes con la doble moral tan socorrida aquí y ahora, y veamos el antiguo panem et circenses de la vieja Roma, frente a las formas actuales de hacer política que vemos y sobre todo, padecemos.

En los “moditos” del actual gobierno, ¿encuentra usted algo que podría ser similar a aquello del panem et circenses? ¿Acaso nada encuentra en la gobernación actual, que se asemeje a lo que lleva más de dos mil años dando frutos? Le ayudo; lo primero que debo decirle, es que ambos elementos deben ir juntos; cada uno por separado no tendrían el mismo efecto.

Veamos ahora lo que ha caracterizado a este gobierno, prácticamente desde antes de su toma de posesión (el 1 de diciembre del año 2018). El pan vendría a ser, sin duda alguna, los Programas del Malestar; ¿y el circo, preguntará usted? Si bien este gobierno y “sus especialistas” han intentado un buen número de recursos, la efectividad de los mismos ha quedado a deber; sin embargo, la Diosa Fortuna tocó recientemente a las puertas de Palacio: la llegada a México del maestro Emilio Lozoya Austin.

El semblante del gobernante cambió; de la cara adusta y el enojo e insulto a flor de piel pasó, como por arte de magia, a la sonrisa de oreja a oreja; el escepticismo de millones se volcó en aplausos, y en una avalancha incontenible de infamia y villanía en contra del indiciado.

Durante varios días, sin consideración alguna por el debido proceso y el envío al rancho de Palenque la presunción de inocencia, el Presidente se solaza con nombres de adversarios y los millones que, según él, habrían recibido. El elemento faltante del binomio salvador había llegado: Lozoya ante la justicia; la purificación del país al alcance de la mano. ¡Panem et circenses!: ¡La victoria de Morena y sus candidatos, está más que garantizada!

¿Justicia? ¿A quién le importa eso ahora? Desde hoy al 6 de junio del año 2021, únicamente importan los votos; ¡sí, todos los votos!

 

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