Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

19 Nov, 2020

¿Somos inmortales?

Las notas en medios internacionales relacionadas con la pandemia y sus efectos, abundan. El tema central de las mismas en casi todos los casos, no es la suerte que corren las vacunas en proceso sino las consecuencias económicas que el rebrote ha generado. Desde hace algunas semanas, el futuro es de pronóstico reservado, por decir lo menos; ante la posibilidad de otro cierre total de la economía, las protestas no se han hecho esperar.

Raro es el país europeo que se encuentra a salvo de un recrudecimiento de las medidas ya conocidas y debido a esto último, las protestas se han presentado. La gravedad de la situación, como consecuencia del rebrote cuya intensidad es mayor que lo padecido en la primera oleada de contagios y muertes, no deja lugar para el optimismo, menos para un triunfalismo ramplón, carente de todo sustento.

Ante la conducta responsable y valiente de los gobernantes de esos países y de otros que no han superado la primera etapa de la pandemia, sobresalen otros que, a pesar de las evidencias, adoptan conductas de alto riesgo y desprecio peligroso de aquéllas. Por encima de las mentiras evidentes en cuanto a la gravedad de la situación, sin duda puesta la vista en los resultados electorales, se resisten a aceptar que su posición, además de equivocada, agrava lo ya de por sí grave.

En nuestra región sobresalen tres países (Estados Unidos, Brasil y México) cuyos gobernantes, secundados por algunos de sus funcionarios y personajes del mundo empresarial, a contracorriente de lo que hace el resto del mundo, se comportan cual braveros de cantina y machos irredentos. Uno de ellos llegó al extremo de la insania al declarar, que su país debería dejar de ser un país de maricas.

Para complicar las cosas, millones de los gobernados en esos tres, actúan como si pensaren que son inmortales; a ellos, que abarrotan antros y cantinas así como salones de fiestas y salen de casa sin protección alguna, nada parece afectarles. Sin duda, no pocos son contagiadores ambulantes, detalle menor para ellos.

Frente a esta compleja realidad, surge algo que viene a complicar aún más la situación. En los países citados —no se diga ya en los europeos—, la realidad de las finanzas públicas se ha convertido en un obstáculo casi insalvable para concretar una nueva ola de apoyos a millones.

La salud de las finanzas públicas en Brasil y en México complica, cuando no impide, la concreción de un programa emergente de apoyos (México) o uno más en Brasil. Además, los altos niveles de informalidad económica en ambos hacen imposible estructurar en poco tiempo programas que mitigarían la pérdida de ingreso —por mínimo que fuere— de decenas de millones en caso de darse un nuevo cierre de la economía.

*

Las cosas pues, lejos están de la visión interesada de quienes privilegian la próxima elección a costa de la salud y la vida de sus gobernados; se resisten a aceptar que la mentira y el inútil maquillaje de la situación, complican en vez de facilitar la implantación de medidas obligadas; impopulares y dolorosas sí, pero imperativas y urgentes. Finalmente, la pregunta queda sin respuesta: ¿En verdad somos inmortales?

 

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube