Bodas, elecciones y desarrollo comunitario

Acciones contra la pobreza -
El desarrollo comunitario se trata del trabajo conjunto entre y con comunidades que atraviesan distintas situaciones. Foto: Techo
El desarrollo comunitario se trata del trabajo conjunto entre y con comunidades que atraviesan distintas situaciones. Foto: Techo
No vamos a empezar tocando el tema de la vida amorosa de los políticos (¡de nada!). Esta analogía será utilizada para ahondar en el concepto de desarrollo comunitario que algunas organizaciones de la sociedad utilizan, pero ya llegaremos al meollo del asunto. 
 
El ritual de la boda, en el mejor de los casos, es una ceremonia, un símbolo, algo que marca un antes y un después en una relación, pero que definitivamente se centra en el futuro de la pareja.
 
Lo deseable es que los nuevos esposos estén preparados para los retos que les traerá la vida, se conozcan muy bien y sepan cómo mantenerse comunicados para lograr construir una vida juntos. Pero, ¿cuántas personas piensan en eso cuando comparten fotos de sus anillos en las Redes Sociales?
 
En ocasiones, el ritual de la boda parece reducirse en elegir el color del vestido de las damas o decidir si invitar o no a la tía Maca.
 
Durante las elecciones del pasado 7 de junio, mucho se discutió acerca del voto consciente y la importancia de ir a votar como ejercicio de la ciudadanía. Al igual que la boda (en este sentido) el día de las elecciones es un día muy importante, pero es un ritual que simboliza tan sólo el comienzo de lo bueno. Para elegir de manera consciente, informada y no reducirlo a sólo decir “sí” –como en una boda–, es necesario contar con más y mejores espacios de participación, promoviendo que mexicanos se enfrenten cotidianamente con situaciones que demanden construir ciudadanía. 
 
Para hacerlo tendríamos que preguntarnos: ¿Cuántas veces me he intentado poner de acuerdo con mis vecinos para resolver alguna situación?
 
Sin utilizar algún método de medición cuantitativo, podría casi asegurar que al menos más de la mitad responderían que nunca. Del restante, quizás una gran parte diría que fue muy complicado; muchas personas  huyen al primer momento en que escuchan las palabras “asamblea” o “reunión de vecinos”. En efecto, estas actividades son en general situaciones complejas.
 
Sin embargo, son un reto que forma parte de la democracia y, como muchas otras cosas en la vida, es algo en lo que se pueden mejorar con la práctica.
 
El desarrollo comunitario se trata justamente de eso; el trabajo conjunto entre y con comunidades que atraviesan distintas situaciones –en el caso de TECHO, comunidades en pobreza extrema- con el objetivo de crear herramientas y cualidades en la gestión de proyectos. ¿Qué significa eso?
 
Hablar con vecinos, tocar muchas puertas y tener la disposición de dialogar con ellos. En el proceso habrá chismes, dimes y diretes, discusiones acaloradas y muchos compromisos que complican llegar a acuerdos. Pero en el proceso mucho se aprende, de uno mismo, de los demás y se desarrollan habilidades para la vida. Tal y como en un matrimonio.
 
De ese tamaño es el reto que nos planteamos en cada relación, en cada elección y en cada reunión dirigida a mejorar las condiciones de la ciudadanía. Bajo esta lupa, invitamos a abonar a la meta más grande. Esto se puede hacer desde cualquier trinchera: con los vecinos, con los gobernantes, como voluntario, como 'godín', como mexicano.
 
Hay que promover una visión más colectiva, donde se celebre la diversidad de los individuos, y donde sí se consideren los días importantes, como el día de la elección o la boda, pero donde lo sean más relevantes las acciones del día a día.
 
kgb 

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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