Mujeres, pobreza y desarrollo, casos específicos que muestran un problema global

Torres de Guadalupe está en el municipio de García, Nuevo León. De acuerdo con el medidor de la pobreza, éste es el municipio con mayor índice de pobreza extrema en el estado.  

 

En esta comunidad, que se formó hace 28 años en García, viven aproximadamente 450 familias, una parte está localizada en territorio federal, donde se encuentra un canal que sirve como vía de acceso para una gran parte de los vecinos. Ese canal, además de no estar acondicionado para que la gente lo use como vialidad, representa un problema para un sector muy especial de la población; las mujeres.

 

Un día de trabajo normal de TECHO en la comunidad, durante una asamblea con los vecinos, se informó a los voluntarios acerca de un intento de violación sexual a una de las mujeres y eso dio pie a una indagatoria que mostró una problemática mucho más profunda; la constante violación a múltiples derechos hacia las habitantes de Torres y la constante vulnerabilidad ante la que se encuentran al querer ejercer acciones tan básicas como salir de la comunidad para ir al trabajo o la escuela. 

 

En Torres de Guadalupe, hasta el momento, hay cuatro casos identificados de intento de violación sexual a niñas que se dirigían a la escuela o mujeres que salían hacia el trabajo, sólo uno consumado y sólo uno reportado ante las autoridades por la desconfianza que existe ante ellas y la creencia de que no existe solución viable al problema. Incluso, tanto las niñas, como las mujeres han comenzado a faltar a clases o a sus trabajos por la problemática; si no tienen quién las acompañe durante el camino, prefieren quedarse en la comunidad. 

 

 

Varios voluntarios y algunos organismos han comenzado proyectos para la activación económica de las mujeres en la comunidad; el DIF municipal ha apoyado a las mujeres con talleres de huertos familiares y dulces regionales para fomentar opciones distintas para la generación de ingresos, TECHO, por su parte, impulsó una iniciativa en la que 25 mujeres tomaron un curso para aprender a tejer y ensamblar las “Sillas Acapulco” –un modelo icónico de diseño mexicano- por la cual reciben un porcentaje durante sus ventas. 

 

Este tipo de acciones generan una alternativa para las personas y es de suma importancia que se involucren en proyectos que sirvan de apoyo para su desarrollo pero ¿Cómo resolver de fondo una problemática que no es única de una comunidad, sino que es una característica lamentable de la sociedad mundial y que se acentúa en comunidades en extrema pobreza?

 

Charity Water, una ONG internacional enfocada en generar acciones para llevar agua limpia a comunidades en pobreza extrema de países desarrollados ha impulsado campañas enteras en donde la desigualdad es un factor central y casos como el de Torres de Guadalupe son también el pan de cada día; el caso de Grace y Sarah, por ejemplo, dos niñas en Uganda que fueron atacadas al ir a recolectar agua para su familia al Lago Victoria.

 

En el marco del Día Internacional de la Mujer, este 8 de marzo, más que celebrar cabe reflexionar en la lucha que todas las mujeres en todas partes del mundo libran día a día para desarrollarse, para crecer y aportar tanto a su persona, sus familias y la economía de las comunidades a las que pertenecen. 

 

La desigualdad a la que se enfrentan mujeres en distintas partes del mundo es muy distinta, pero al final siempre existe; desde los países más desarrollados hasta los que cuentan con índices de pobreza más alto, en todos y cada uno existen brechas de desigualdad –de acuerdo con el Gender Gap Report. 

 

En otras palabras, en ningún país en el mundo las mujeres y los hombres cuentan con condiciones de igualdad.

 

Pero hablando específicamente de los países en desarrollo, la generación de acciones que impulsen la reducción de brechas de desigualdad no sólo se traducirá en mejores condiciones para las mujeres, sino en un impulso al desarrollo económico, social y político de las comunidades en general, pues es en ellas donde reside inicialmente el crecimiento de la población por el peso que tienen tradicionalmente las mujeres. 

 

 

Que cuando pensemos en soluciones para activar económicamente un país, una región o una comunidad de 400 familias, tenemos que voltear a ver la forma en la que vive la población femenina en ese lugar en específico y, a través de los problemas que ellas enfrentan día a día encontraremos respuestas. Porque sin el desarrollo de las mujeres, el desarrollo global jamás podrá lograrse, o al menos no a los niveles que lo necesitamos.

 

 

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